23.4.11

Lluvia

Hoy llueve mucho, mucho,
y pareciera que están lavando el mundo
mi vecino de al lado mira la lluvia
y piensa escribir una carta de amor/
una carta a la mujer que vive con él
y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él
y se parece a su sombra/
mi vecino nunca le dice palabras de amor a la
mujer/
entra a la casa por la ventana y no por la puerta/
por una puerta se entra a muchos sitios/
al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/
ni a una mujer/ni al alma/
es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/
como hoy/que llueve mucho/
y me cuesta escribir la palabra amor/
porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/
y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran/
y cuándo/y cómo/
pero el alma qué puede explicar/
por eso mi vecino tiene tormentas en la boca/
palabras que naufragan/
palabras que no saben que hay sol porque nacen y
mueren la misma noche en que amó/
y dejan cartas en el pensamiento que él nunca
escribirá/
como el silencio que hay entre dos rosas/
o como yo/que escribo palabras para volver
a mi vecino que mira la lluvia/
a la lluvia/
a mi corazón desterrado/

Juan Gelman

20.4.11

"Deseará amar porque tiene corazón, gustará de pensar porque tiene cerebro"

El hombre es, sobre todo, un ser social.
El psicoanálisis reformado atiende especialmente a los
fenómenos psíquicos que fundan la patología de la
sociedad presente en la enajenación, la angustia, la
soledad, el miedo a la profundidad del sentimiento, la
escasez de actividad y la falta de alegría. A estos
síntomas corresponde ahora el papel principal que
desempeñaba en tiempos de Freud la represión de la
sexualidad.
Por eso, la teoría psicoanalítica debe poder revelar los
aspectos inconscientes de estos síntomas y su carácter
patógeno para la familia y la sociedad.
El psicoanálisis debe estudiar, además, la "patología de la
normalidad", esa leve esquizofrenia crónica provocada
por la actual y futura sociedad tecno-cibernética.
Los impulsos pueden ser regresivos, arcaicos y
autodestructivos, o pueden contribuir al pleno desarrollo
del hombre, haciéndolo uno con el universo, en libertad e
integridad.
Entonces, sus necesidades allende la supervivencia no
serán excrecencia de disgusto y "pobreza", sino fruto de
una plétora de posibilidades que le hagan aspirar
apasionadamente a verterse en los objetos
correspondientes:
Este hombre deseará amar porque tiene corazón, gustará
de pensar porque tiene cerebro, querrá tocar porque tiene
piel.

Erich Fromm. Lo Inconsciente Social. Paidós.