29.12.06

Herzog

A Dios: Cuánto ha luchado mi mente para encontrar algún sentido coherente. No lo he conseguido. Pero he querido hacer tu incógnita voluntad, tomándola y tomándote a ti, sin símbolos. Todo lo que tiene un intenso significado. Sobre todo si yo quedo fuera.

A su madre: La vida que me diste ha sido muy rara, y quizá la muerte que he de heredar ha de ser más curiosa. A veces he deseado que me llegue pronto. Sí, la he esperado con ansia. Pero sigo del mismo lado de la eternidad que siempre. Del lado de acá. Y más vale así, pues todavía me quedan algunas cosas que hacer. Desde luego, han desaparecido algunos de los objetivos que tenía yo en la vida, pero tengo otros. La vida en este mundo no puede ser tan solo una película. Y en mí hay terribles fuerzas, incluidas la capacidad de admiración o de elogiar, energías, incluida la de amar, que me han sido muy perjudiciales, y que han hecho de mí un idiota porque no he sabido dominarlas. Tengo que librarme de ciertos tormentos persistentes. Así, he de librarme de la hiperactividad de esta cara mía. Lo primero que debo hacer es ponerla al sol.

A sí mismo: Por qué ser un tipo tan emotivo... Pero lo soy. Sí, lo soy, y a los perros viejos no se les puede enseñar. ¿Para qué luchar contra ello, si soy así irremediablemente?. Es mi inestabilidad la que me sirve de estabilizadora. No la organización, ni el valor, como les pasa a los demás. Comprendo que es penoso ser así, pero así soy y no hay remedio. Situándome en estos términos, incluso yo, puedo captar ciertas cosas. Quizá sea la única manera de comprenderlas. He de tocar el instrumento que me ha caído en suerte.

Al amor: Sé muy bien que esta extraña organización ha de morir. Y por dentro, algo, algo, sí, la felicidad. "Me conmueves". No hay elección. Algo produce la intensidad, un sentimiento sagrado, lo mismo que los naranjos dan naranjas, o los pájaros dan calor. Unos corazones engendran más amor y otros menos, seguramente. Pero, ¿significa esto algo?. ¿Es una idiota alegría lo que hace a este animal, el más peculiar de todos los animales, exclamar algo?. Y ¿es posible que esté convencido de que esta reacción es una prueba y un signo de eternidad?. "Me conmueves". Pero, ¿qué quieres, Herzog?. En fín, así es, no una cosa solitaria. Estoy bastante satisfecho de existir, después de todo. De ser como está mandado y por todo el tiempo que pueda permanecer en esta vida.

Saul Bellow

26.12.06

Me duelen las navidades


Cómo me duelen las navidades. Irritarme, creerme feliz hasta que veo una mano que pide, el gasto inmenso, dinero, dinero, dinero. La época del año donde hay más suicidios y más ingresos en psiquiatría. Obligación, marginación, frío, hipocresía, no sentirse a la altura, no sentir tu vida a la altura de todo lo que exigen, los programas de Raphael, el recuerdo de que hay que ser bueno, generoso, el agosto de ong´s y tiendas. Me duelen las navidades desde que dejé de ser niña y empecé a añorar lo que tuve y lo que nunca tendré.

24.12.06

15.12.06

Deja vu

Desde que me he levantado no he hablado con nadie, excepto en el trabajo. Según van pasando los minutos mi ánimo se va haciendo más y más insoportable. Pero resulta que la ciudad está llena de gente, (y de coches). Subo al autobús urbano, me agarro como puedo a la barra para no caerme, y aún así casi consigue el conductor tirarme al suelo (día completito). Pero, ¡oh, sorpresa!, veo allí al fondo dos asientos libres, cosa inexplicable en hora punta. Voy disparada hacia ellos y me siento delante de un chico joven. Está dormido, con la cabeza hacia atrás y la boca abierta. Lleva unas gafas de miopía enganchadas en su enmarañado pelo rubio. Y pienso en lo que me dice siempre una amiga mía, "unos mean en lata y no suena". Y me imagino a mi en la misma postura y sería de todo menos agradable de ver. Tiene una nariz algo grande, pero los labios igual de grandes, y la cara afeminada le da un cojunto armónico. Me digo, tiene que ser gay. Con un jersey morado, y perfectamente conjuntado con su mochila. Pero sus piernas abiertas 90 grados, y su descuidado aspecto me lo hacen dudar (además de mis feromonas que chillaban que "eso" no podía ser gay). Cuando se da cuenta de que hay alguien delante se incorpora, cierra la boca, y se pone y se vuelve a quitar las gafas. Durante unos minutos mira alrededor como perdido, con los ojos hinchados todavía del sueño y me mira. Abre su mochila y saca un libro. "Sonatas de Schubert" en inglés. Me doy cuenta de que en su mano izquierda lleva una venda, como la de los futbolistas, y me acuerdo de que en el conservatorio los violinistas las llevaban, en la mano izquierda, para no lesionarse con las notas más agudas. La mayoría de las sonatas de Schubert son para violín y piano. Es violinista. Parapetada tras mis gafas de sol no aparto mis ojos de cada uno de sus detalles. Detrás hay unas mujeres mayores que vuelven la cara para verle y cuchichean. Pero mi calle está cerca. Bájate aqui, bájate aqui. Cojo mi bolso, clara señal de que mi parada es la siguiente. Me mira, me deja paso y me voy. Él viene detrás mía. Bajamos del bus y, como no, yo voy hacia izquierda, y él a la derecha.
Horas más tarde llego a mi casa y, todavía no sé porqué, me pongo a buscar en el youtube. Y menos sé aún porqué encontré un vídeo de "The way we were". Y cuál sería mi sorbresalto, estúpido e infantil, pero sobresalto al fin y al cabo, al ver el comienzo de la película. Él hermoso, y digno... con el cabello rubio y durmiendo con la cabeza hacia atrás y la boca abierta. Y ella fea y contestataria, que le mira.

Tal como éramos


P.D.: La escena más erótica del cine. Robert Redford está borracho y confunde a Barbra Streisand, una fea solterona, con su escultural novia. Se meten en la cama, entre la sorpresa de ella y los litros de alcohol de él. Moraleja: lo que se puede hacer con la imaginación, con un chico guapo, y con los hombre borrachos.

8.12.06

Países y cine

Imagináos la típica escena de amor. Se quieren, y tienen detrás una historia en la que se han conocido pero no lo sabían.

HOLLYWOOD: Una calle de un barrio residencial típico americano, con las casas enormes, sus jardincitos y el cochazo en la puerta.
Siempre hay un niño que pasa en bicicleta. Ellos, como no, monísimos, limpísimos y perfectos.

- Hace tiempo que pienso en ti. Sé que eres mi destino. He tenido muchos fracasos hasta encontrarte. Vámonos juntos.
- Es verdad. Dejemos todo y vámonos. Vayamos en busca de nuestra felicidad...


FRANCIA: Ella con ojeras, él despeinado, pero sin perder una gota de glamour. El fondo un interior u oscuro. Un primerísimo primer plano de ambos de cuello para arriba. A ella se le ven las arrugas.

Él: ..............................................................................
Ella: ...........................................................................


ARGENTINA: Una calle en el centro de Buenos Aires. Él es Ricardo Darín.

- Che, ¿no vas a decirme nada?.
- Qué te voy a decir que vos no sepás. Sos profesor de Universidad. No creemos en eso, son boludeces.

Aparece el amigo graciosillo, se reconcilian, superan con más o menos esfuerzo los obstáculos, y logran vivir medio felices en su pisillo, con alguna triquiñuela y muchos chistes intelectuales.


ESPAÑA: No es la escena típica. Son guapos pero el equipo de maquillaje ha tenido muy, pero que muy poco trabajo. Es un piso en el centro de Madrid o Barcelona, viejo y casi sin decoración. Ella está orinando, haciendo pis.... como lo queráis decir. Y él rascándose los... también como lo queráis decir.

- Vente a la cama.
- (ella va)...


CHINA: Él la mira, ella le mira. Se acercan. Bajan la cabeza. De fondo se ve un paisaje espléndido. Los colores son borrosos, pero muy intensos. Cada plano parece un cuadro, y cada movimiento de ellos, medido.

- No sabía que vivía usted cerca.
- Sí, vivo en la calle Chuang.
- He oído que en esa calle venden las mejores flores de loto.
- Si, es cierto.
- Se miran, acompasados, sonríen, y se van.

6.12.06

Peras al olmo

No me gusta cómo escribo. Me leo y me aburro. Lo que pongo casi nunca es lo que quiero decir. El resultado de todo es una forma absurda, de niñata. Y el contenido, como me dijo un amigo, al mejor estilo Coelho. Me rasco, y me rasco la cabeza, intentando encontrar una respuesta, un atisbo de calidad, algo que se salve. Pero sólo se me ocurre leer otros blogs, y cagarme en la madre que me parió sin un mínimo de talento. No quiero ser buena, no quiero dedicarme a ello, ni ser la mejor, por supuesto. Pero, joder, sólo quiero que estas ganas de expresar, no sé qué, se reflejen un mínimo tal y como lo siento. Pero es inútil...... Ahí os quedáis.......Y aqui me quedo yo con mis ganas..... Por si hay algún masoquista, puede pinchar en NOVELA.

1.12.06

Síndrome del alienado

Marcos parecía una hombre normal. Pero no. Estaba enfermo. Siempre se sentía solo. Como mucho le quedaba tiempo para distraerse. Se imaginaba flotando por encima de la gente, lejos, muy lejos de todos. Como si estuviese viendo una película. Nunca había estado con nadie, ni conocía el amor. Tampoco le interesaba. Sólo era feliz haciendo lo que más le gustaba, pintando. Hacía tiempo que dejó de pedir alguna persona que le amase, primero, y más tarde que le hiciese compañía. Ahora sólo deseaba que le dejasen tranquilo, y que no le metiesen en problemas. Envidiaba a todo el mundo, todos parecían tan felices, tan naturales, viviendo. Nunca nadie le había considerado importante, había crecido con la idea de que era secundario. Y lo peor de todo era que así parecía ser. Pensando en cómo podía cambiar esto un día decidió ir al psicólogo. Le contó todo, cómo se sentía, qué hacía, durante varias sesiones. Después de las cuales, con una sola frase le dijeron el diagnóstico y tratamiento. Tienes el síndrome del alienado. Si ves el mundo distante, acércalo.

25.11.06

Al tonto Rafael

¿Quién aquél?, el tonto de Rafael. Ese del que la gente se rie, ese fracasado en todo que avanza por el mundo a trancas y barrancas, con sudores y resbalones. Ese al que todo se le cae, ese temeroso de una mala palabra, no oida, sino dicha. El que se arrastra como el agua de un día de lluvia para confundirse con el suelo aún a costa de que le pisen. Ese que no se cree nada, que no espera nada y sólo ama. El que tiende la mano indiferente del resultado, por tender la mano, incorruptible, invariable y eterna. El que se crece en la soledad y la desgracia. El estúpido incapaz de matar una mosca, sin personalidad, simple e inexistente para los demás. A todos ellos, mi admiración y veneración eterna. Por ser humanos. Por ser buenos. Por no participar en ningún concurso. No estáis sólos. Alguien cree que sois la pura falta de hipocresía porque todos, al fin y al cabo, somos fracasados disfrazados. Por los valientes, con coraje, personalidad, ánimo y bondad para mostrarse como son y, aún así, amar.




Por las calles, ¿quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tonto llovido del cielo,
del limbo, sin un ochavo.
Mal pollito colipavo,
sin plumas, digo, sin pelo.
¡Pío-pic!, pica, y al vuelo
todos le pican a él.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!

19.11.06

Comparativa de "Sway"... por decir algo

Peter Cincotti era una promesa cumplida desde hace muchos años, algo increíble teniendo en cuenta sus 23 añitos. Niño bien neoyorkino con look "jazzero", una voz rasposa y algo nasal, pero con las mejores dotes jazzísticas. Un genio interpretativo, que le da un aire nuevo a los estándares del jazz y pop, pero siempre personal y trabajado. Creaciones que suenan a underground, a blues, con pocos espectadores pero que gusta a todos. Ha logrado acercar el jazz más puro y ortodoxo a los nuevos gustos y generaciones.

Peter Cincotti - Sway (Live)




Nacido en 1975 el canadiense Michael Bublé canta tipo Sinatra con tufillo de "Il Divo", producto comercial al mejor estilo "Risto" de OT. Pero no podemos negarle una voz como pocas, bonita-bonita, que él cree consecuencia de un resfriado infantil. Da igual. Nos gusta verle, oirle, aunque demasiado almidonado quizá para el gusto de algunas y algunos, sin que eso impida el despertar de los furores uterinos con ese movimiento tan poco suyo, más bien de Forrest Gump, pero claro, no es lo mismo...

michael bublé - sway



17.11.06

¿El fin de las esperanzas?

A partir de ahora voy a escribir más. Lo voy a necesitar.
Es muy fácil ser optimista a los quince años. Estoy rodeada todos los días de personitas que creen que serán algo importante, que piensan que es obvio que serán felices, que te dicen con toda desfachatez que las desgracias les pasan a los demás, a ellos nunca. Y lo tienen tan claro como que el agua es agua. Para ellos el mundo será una especie de parque de atracciones en el que les queda mucho por disfrutar y el riesgo será para otros, ellos son inmunes a cualquier peligro, porque son ellos.
Es muy difícil tener esperanzas a partir de ciertas edades. Todo se tuerce, nada sale realmente como esperábamos, ni de cerca. Un día nos levantamos y nos damos cuenta de que ya estamos acostumbrados a no hacer nada para salir de la mediocridad, ya no nos sentimos mal por ver realitys o por perder el tiempo en distracciones inútiles. Ahora mismo cualquier distracción se agradece, cualquier amigo y cualquier sonrisa. Aprendemos que vivir es apreciar las cosas pequeñas, y que si queremos ser mínimamente felices no podemos pedir mucho. Pero estamos en una edad en la que todavía no sabemos cómo. Es el momento en el que sabemos que no vamos a conseguir lo que queremos, pero no podemos evitar seguir pidiéndolo.

12.11.06

El disimulo

Los amigos van y vienen a lo largo del tiempo, y otros no vienen ya. Pero si son de los buenos y de los viejos, esos van y vuelven, siempre vuelven. Este fin de semana he estado con amigos que hacía tiempo que no veía. Y, para mi sorpresa, éramos los mismos. Parecía que el tiempo no había pasado. Hablábamos de lo de siempre, con los mismos gestos, las mismas preocupaciones... Y charlando con una amiga me dijo: Silvia, cuando somos más jóvenes creemos que el paso de los años nos hará, como por arte de magia, más responsables, resignados, adultos, seguros, maduros... Y no. Estamos igual y somos lo mismo. Parece que son los demás los que se hacen adultos, y nosotros, simplemente, disimulamos.

9.11.06

Orientalidad comercial

Qué casualidad, estoy leyendo "La esposa del dios del fuego", y he visto "Memorias de una Geisha". ¿Casualidad porqué?. Bueno, además de ir sobre orientales y estar hecho por americanos, va de lo mismo. Muchachas que desde niñas pierden sus padres y son muy, muy desgraciadas. Hasta que aparece el muchacho que las libera de todas las desgracias, las ama y las hace muy felices. Y comen perdices. En ambas hay dos historias que, perdonad que lo diga, no se lo cree ni Panete. En una, ella es una niña de 9 años, está llorando en un puente y viene un joven y apuesto hombre que le compra un helado riquísimo y le da los dos o tres consejos de su vida, convirtiéndose así en la única persona que la ha tratado con cariño y, por ende, en el amor de su vida. Años después, se encuentran, y resulta que ambos estaban enamorados y buscándose todos esos años... Perdone usté, ¿amaba a una cría de 9 años?, entonces no es una historia romántica, es sobre pederastas. ¿Se acuerdan los dos toda su vida de un heladito y una niña?, lo siento, no me lo creo. La otra tampoco se queda corta. Una mujer está casada con un hombre que la pega. Van a una fiesta y charlan con un americano. Hasta aquí, bien. Bueno, pues cinco años depués él resulta que la ha estado esperando y buscando todo este tiempo. ¡Si no hablaron prácticamente nada¡. Un hombre amable, atractivo, rico... No tenía nada mejor que hacer que perseguir a una casada fea...¡enga ya¡. En fin, que la orientalidad se utiliza en Hollywood y sucedáneos para dar un toque más comercial y pastelón a las historias de siempre, chico encuentra chica, chica encuentra chico. Con la diferencia de que en Oriente las chicas son muy, muy desgraciadas hasta que "él" no llega. Qué lástima.

7.11.06

Oda a la desidia

Me he levantado temprano, me acostaré tarde y en medio... nada. Qué fácil es perder el tiempo. Se va, y muchas veces no encuentras nada interesante que lo llene, bueno, a veces, ni interesante ni aburrido, simplemente nada. Me irritan los días en los que no trabajo mucho. Cuento los segundos muertos y cada uno que pasa aumenta mi irritación. Necesito hacer algo. Estudio, juego al tetris del móvil. Llamo a los amigos (no mucho tiempo, que también me irrita), voy a ver cosas, me fijo en detalles, pienso en planes para el fin de semana, cómo voy a decorar mi piso, qué colores voy a poner... Después de todo, pensándolo bien, he hecho más de lo que creía. Pero sólo se me ha quedado una cosa. En un hipermercado, viendo libros, cogí uno y lo ojeé. Al comienzo de un capítulo leí: "Si no puedes cambiar de destino, cambia de actitud".

2.11.06

Gracias, Carlos, muy bueno

-Dices que conociste a John en un ascensor, y mi pregunta es: ¿subía o bajaba? Esto es muy importante porque, cuando bajamos en un ascensor, siempre tenemos una sensación de vacío en el estómago que a veces puede confundirse con amor. En cambio, si subía, se trata de un caso claro de flechazo a primera vista, y también demuestra que John es un joven en período de ascenso. (De una carta a su hija Miriam)

-¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pense que me había enamorado de usted.

-No piense mal de mí, señorita, mi interés por usted, es puramente sexual.

-Todo lo que soy se lo debo a mi bisabuelo, el viejo Cyrus Tecumseh Flywhell. Si aún viviera, el mundo entero hablaría de él. -(Periodista) ¿Por qué? -Porque si estuviera vivo tendría 140 años.

-Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.

-El puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.

-Nunca olvido una cara. Pero en su caso, hare gustoso una excepción.

-Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años!

-Una mañana me desperte y maté a un elefante en pijama. Me pregunto cómo pudo ponerse mi pijama.

-Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.

-Bebo para hacer interesantes a las demás personas.

-Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Detrás de ella, está su esposa.

Groucho Marx

25.10.06

Cerrado por derribo

Este adiós no maquilla un hasta luego
este nunca no esconde un ojalá
estas cenizas no juegan con fuego
este ciego no mira para atrás
este notario firma lo que escribo
esta letra no la protestaré
ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después
a este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitir que taladre
un corazón podrido de latir
este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos ya no lloran más por ti
Joaquin Sabina

19.10.06

Esa extraña cosa

"Cuando el amor os hace señas, seguidle. Aunque sus caminos sean rudos y arduos, y aunque os envuelva con sus alas, cededle. Aunque la espada oculta entre sus plumas os hiera". (GIBRAN, El Profeta)

"Si hay un amor puro y exento de mezcla con otras pasiones, es el que está oculto en el fondo del corazón y que nosotros mismos ignoramos". (LA ROCHEFOUCAULD, Máximas)

"Preguntáis si el amor hace feliz; lo promete, creedle, aún por un día. ¡Ah! por un día de vida amorosa... ¿quién no moriría? La vida está en el amor... Sin él, tu corazón es un hogar sin llama; él todo lo quema, dulce veneno. He dicho en verdad como destroza un alma: ¡Preguntad pues si da la felicidad...! Cuando se lo ha conocido, su ausencia es espantosa; cuando vuelve, se tiembla noche y día... A veces, en fin, la muerte está en el amor y sin embargo...¡SÍ, EL AMOR HACE FELIZ!" (MARCELINE DESBORDES-VALMORE, El Amor).

"El verdadero amor no pide más que amar" (CRISTINA DE SUECIA, Máximas)

"Hay una sola clase de amor, pero hay mil copias diferentes". (LA ROCHEFOUCAULD, Máximas).

"He querido esta mañana traerte rosas; pero puse tantas atadas a mi cintura que los ajustados nudos no pudieron retenerlas. Los nudos se soltaron. Las rosas volaron al viento; se fueron todas al mar. Se fueron con el agua para no volver. La onda pareció roja y como encendida. Esta noche, mi vestido está aún perfumado... respira en mí el fragante recuerdo..." (MARCELINE DESBORDES-VALMORE, Las rosas de Saadi).

"-Te amaré siempre- dije yo. Ella se volvió contra la pared y dijo solamente: -Conténtate con amarme cada día.-" (DANIEL PENNAC, La pequeña vendedora de prosa).

"Mil cosas pueden impedir que se posea al objeto de nuestros deseos, pero nada puede impedir que se lo ame." (CRISTINA DE SUECIA, Máximas)

6.10.06

Sonría, por favor

El sentido del humor es la forma humana de expresar las ganas de vivir.

Mi madre siempre cuenta un chiste, el de los garbanzos, en el que lo más gracioso es un niño que vomita y vomita, y como no para, el padre le dice: ¡Niño, a ver si echas ya la pringá¡¡. En fin, cosas de mi madre. Por otro lado es escuchar la palabra "pene" en cualquiera de sus acepciones, (cuanto más vulgar mejor) y se parte de risa. Cualquiera diría que está casada...

Hay gente que, más que contar chistes, hacen de su vida un chiste.
Otros, con los que más me río, son tan sosos, rancios, serios, etc... que cuando cuentan un chiste te estás riendo antes de que se acabe por cómo lo cuentan. Son los típicos de "cómo era...sí, creo que decía algo así...", o los que, directamente te lo explican "claro, es un chiste porque...si te fijas...".

Los hay, que son los que más me gustan, que sacan sus artes cómicas en un contexto serio y aparentemente desconectado. Son los que, ingeniosamente, te meten una relación de cosas inesperada, los que con una frase escueta te muestran quién eres y cómo te ven en determinado momento. Como soy bajita, de este caso tengo muchos ejemplos. Mi padre me dice "eres grande, pequeña", mis amigos me dicen que me envidian porque quepo en cualquier lado, que si estoy concentrada como los mejores detergentes... Y mi frase de respuesta favorita es "estoy a la altura adecuada, a la del corazón", o "las esencias vienen en frascos pequeños"...

Luego están los que tienen risa contagiosa, que no te has enterado de lo que se ríen, pero da igual, acabas partida de risa por el suelo. Eso me pasó con una compañera de piso. Estábamos viendo un programa rosa, y salió un montaje de la Pantoja dando vueltas a velocidad supersónica mientras cantaba una canción de amor coplera a su "Cachuli". Mi compañera se puso a pegar gritos, voces y carcajadas, todo tan contagioso, que acabamos la una encima de la otra intentando tapar la boca a la otra para que parásemos, pero nada... Vino nuestra otra compañera y, cuando le contamos (como pudimos y entre lágrimas y carcajadas) de qué nos reíamos, nos miró con una cara de "no puedo creerlo", hizo que era muy gracioso, y se fue a su habitación confusa y mosqueada como cuando uno escucha a un loco.

En fin, que la risa es muy buena, pero sin duda, con lo que más nos reímos es con nosotros mismos. Una amiga mía, no hay vez que me vea que me recuerde la anécdota aquella de "David y José". Ella estaba saliendo con un chico que no le gustaba, David, y en ese momento empezó a conocer a otro que la traía por la calle de la amargura. Total, que una noche loca de pasión con su novio, en el momento menos adecuado exclamó "ay, Joooose". ¿Qué?, le preguntó el novio. Nada, nada, que vayas para abajoooooo, abajooooo. Él no se lo creyó, se enfadó, ella le contó la verdad, y él (inexplicablemente para cualquiera que lo oye) le pidió perdón. Está claro que decir la verdad ayuda. Lo que no sé si ayudará siempre tanto como en este caso...

Por cierto, un chiste:
-Pepe, qué cerdo eres, todo el rato eructando.
-Calla, calla, que he comido manitas de cerdo y deben estar aplaudiendo............

25.9.06

Rainbow connection

Why are there so many songs about rainbows
And what's on the other side?
Rainbows are visions, but only illusions,
And rainbows have nothing to hide.
So we've been told and some choose to believe it
I know they're wrong, wait and see.
Someday we'll find it, the rainbow connection,
The lovers, the dreamers and me.
Who said that every wish would be heard and answered
When wished on the morning star?
Somebody thought of that, and someone believed it,
And look what it's done so far.
What's so amazing that keeps us stargazing
And what do we think we might see?
Someday we'll find it, the rainbow connection,
The lovers, the dreamers, and me.
All of us under its spell,We know that it's probably magic...
... Have you been half asleep? And have you heard voices?
I've heard them calling my name....
Is this the sweet sound that calls the young sailors?
The voice might be one and the same
I've heard it too many times to ignore it
It's something that I'm s'posed to be..
.Someday we'll find it, the rainbow connection,
The lovers, the dreamers, and me.
Laa, da daa dee da daa daa,La laa la la laa dee daa doo...

21.9.06

De vez en cuando


Cuando menos te esperas, acaban de darte un golpe fatal, y ahí estás tú, riéndote, moviéndote de un lado para otro, con ganas de ver y hacer todo y, al fin y al cabo, feliz. Y te preguntas, ¿porqué?, me acaban de dar un golpe fatal, porque es fatal, ¿no?, sí, es fatal, y aquí estoy, riéndome. Hasta la tristeza cansa, y hasta el vacío no dura siempre. Y aquí estamos, riéndonos, y preguntándonos porqué.

8.9.06

Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

J.A.Goytisolo

3.9.06

España Campeona¡¡¡


El triunfo de la humildad y el juego de equipo. En palabras de Gasol: "Da gusto jugar con unas personas tan buena gente y tan normales. Me siento mucho más a gusto aquí que en el otro lado...".

EEUU, no lo sois todo, ni el dinero lo compra todo.

30.8.06

Brokeback Mountain

-¿Has estado en México, Jack? -como México no había nada. Eso había oído decir. Con esto Ennis estaba cortando la alambrada y arriesgándose a que le pegaran un tiro por traspasar el límite establecido. -Pues sí, qué coño, he estado en México. ¿Algún problema? -tantos años preparado para un ataque que llegaba tarde y a destiempo. -Tenía que decírtelo alguna vez, Jack, y va en serio. Lo que no sé -dijo Ennis-, todas esas cosas que no sé, podrían costarte la vida si llegara a enterarme de ellas. -¿Y a ti qué te parece esto? -replicó Jack-, sólo te lo voy a decir una vez. ¿Quieres que te diga una cosa?, podríamos haber vivido muy bien juntos, cojonudamente bien. Pero tú no quisiste, Ennis, así que ahora nos queda la montaña Brokeback. Todo se basa en eso. Es todo lo que tenemos, tío, ésa es la puta verdad, y espero que te enteres de una vez por todas aunque nunca te enteres de lo demás. Cuenta las veces que nos hemos visto en estos malditos veinte años. Mide la correa con la que me tienes atado muy corto, y luego pregúntame sobre México, y luego dime que me vas a matar por necesitar algo que casi nunca me das. No tienes ni puta idea de lo mal que se pasa. Yo no soy como tú. No me bastan un par de polvos de alta montaña una o dos veces al año. Me tienes destrozado, Ennis, hijo de la gran puta. Ojalá supiera cómo dejarte. Todo lo que no se habían dicho durante años y ya no se podían decir, confesiones, declaraciones, vergüenzas, culpas, miedos, se alzó entre ellos como enormes nubes de vapor de un manantial de aguas termales en invierno. Ennis se quedó como si le hubieran atravesado el corazón de un tiro, el rostro grisáceo y con las arrugas muy marcadas, una mueca en los labios, los párpados atornillados, los puños apretados, las piernas cediendo, cayó de rodillas en el suelo. -Dios -dijo Jack-. ¿Ennis? Pero sin darle tiempo a salir de la camioneta, mientras trataba de adivinar si había sido un infarto o un desbordamiento de cólera incendiaria, Ennis se puso en pie y, tal como una horquilla se desdobla para abrir la cerradura de un coche y luego se devuelve a su forma original, se las arreglaron para tensar la situación y dejarla casi como estaba antes, porque lo que se habían dicho no era ninguna novedad. Nada terminaba, nada comenzaba, nada resuelto.
Lo que Jack recordaba, y anhelaba con un ansia que no estaba en su mano dominar ni comprender, era aquella ocasión en el remoto verano de la Brokeback en que Ennis se le acercó por detrás y lo estrechó entre sus brazos, aquel abrazo silencioso que satisfizo un hambre compartida y asexuada.

E. Annie Proulx

3.8.06

Misty

Acababa de despertar la noche entre adoquines y calles estrechas. Las farolas eran de un amarillo viejo, dando a todo un aire bohemio y tradicional con las macetas y sus flores rojas encendidas y pequeñas. Todo indicaba que iba a ser una noche especial. El aire de primavera acariciaba como una esperanza.
Entramos en el pub, estaba más lleno que nunca. Un nudo se me puso en la garganta, necesito una cerveza. Desde lejos nos vieron Rafa, Fernando, Javi y el pelusa, que se acercaron, nos animaron y nos invitaron a todo lo que quisiéramos. No veía el momento de empezar. Javi, con sus pintas de pijo jazzístico, hablaba y hablaba de cómo hay que cantar "yesterdays", y qué improvisaciones son pertinentes y no. Poco más pude enterarme. Mientras tanto, las gafas de Fernando se agachaban para preveer el éxito de la noche, y Rafa bailaba y reía con unas carcajadas que se oían desde la otra ciudad. En ese momento vimos entrar a Fran, cómo has tardado tanto, nos estabas asustando. Estaba viendo las estrellas con una piba, ya sabéis. Con el tiempo que llevaba conociendo a Fran, seguía sorprendiéndome su facilidad para llevar a las chicas a la cama. Ni era guapo, ni alto, ni inteligente, pero las mujeres seguían viendo en él algo que yo nunca he logrado entender.
Nos llamó desde el escenario en montaje Jose, y nos pusimos mano a la obra. El primero que se sentó a su batería fue Fran, chiquito, con más cabeza que cuerpo, y su eterna sonrisa. Subimos los demás y fuimos ocupando nuestros puestos. Javi al piano, rubio impoluto y estirado frente a su piano Steinway. Fernando al bajo, recogiéndose cada dos segundos sus enormes gafas universales, Rafa sujetando el saxo con su abultada barriga, Fede a la trompeta y yo, como no, al micrófono.
La gente ni siquiera nos miraba, hablando entre ellos y liados con sus cervezas de mano. Esto siempre ha sido una alegría para mi, todo comenzaba así de manera más relajada. Pero no, hoy no era así, era como si estuviesen en una indiferencia retadora, como una bomba a punto de estallar. Miré a Fede, me sonrió, con su sonrisa tranquilizadora y su pecho de paz y, durante unos segundos, esperamos. Ahí estaba Inés, la lesbiana que me invitó a dos cervezas casi obligadas, y Juan, el percusionista de "Conservados", con su grupo, Pau, Mariano y Dani. Y antes de darme cuenta, el "plonc". El público desapareció, las letras de las canciones me llevaban por distintos paisajes anímicos, que acompañaban el vuelo de mi vestido largo, infinito. Sólo exitían las historias en ese momento. A veces vivía "a fine romance" sin besos, y gritaba "it´s wonderful" que tú te preocupes por mi, aunque al rato me quejaba de estar "bewitched" por unos "yesterdays", pero en el fondo, fondo, me daba igual, porque sabía que un día vendría "the man I love".
La gente aplaudió más las canciones tristes que las animadas, tipo "Mais que nada". Será que me resultan menos falsas.
Llegó el descanso, ahora venía la parte más difícil, todo iba a ser más instrumental, andaría de aquí para allá sin saber muy bien qué hacer, y las pocas cantadas eran muy, muy complicadas. Bebí agua, todos me felicitaron y me dieron ánimo para la segunda parte.
Al principio estaba más pendiente de qué hacer con mi cuerpo en general, pero según fue pasando el tiempo me iba tranquilizando. Me sorprendía, no dejaba de hacerlo, ver las expresiones de mis compañeros, tan concentrados, parecían otros. Hasta Fernando, con su aire patético y sus gafas superlativas, pasaba perfectamente por un intelectual cuasi atractivo. Fran, con su aire ingenuo y travieso lograba incluso hacerme entender su éxito entre las féminas, con su pelillo castaño claro alborotado, y su boca enérgica y petulante. Javi, como siempre, el que menos cambiaba, igualmente hermoso, bello, con sus ojos azules y su flequillo rubio largo almidonado, pero aquí, por lo menos, no hablaba. A Rafa se le suavizaba la expresión de caradura, que es lo más que se le puede pedir, y Fede parecía de otro mundo, a veces creí ver incluso un aura como de niebla alrededor, será por los ojos cerrados, por el movimiento regular y casi imperceptible o por la forma de pasarse la mano por la frente para secarse el sudor, como si hubiese en medio una tela densa.
Lo cierto es que casi se estaba terminando todo y no iba tan mal la cosa. Rafa no metió ningún patón, Javi no se creyó en (casi) ningún momento el único que tocaba, y Rafa no se fue por peteneras. Así que, después de todo, la noche había ido bien. El público parecía entusiasmado, interesado, entregado casi, diría yo.
Y por fin, la última canción. "Misty".
"Look at me, I´m as helpless as a kitten up a tree...".
Exacto. Justo cuando hablaba de lo débil que era, me quedé sin voz. Como una bocanada de aire, se fue, sin avisar. No que no llegase, o que desafinase, no, simplemente sin voz. Con los ojos como platos los demás seguían tocando, pero me miraban asustados, y Javi, con su cara de cabreo perpetuo, con un "qué coño estás haciendo" en la boca.
Entonces el milagro. Salió Fede al centro del escenario, como si tuviese todo controlado, esperó el acorde adecuado, y lo siguió y con su trompeta interpretó la melodía principal. Escuchaba al público decir, pero si es imposible, se va a quedar sin pulmones, y era cierto, era cierto. Y yo, alelada, sin poder reaccionar, y sin saber cómo iba a acabar eso. Pensaba que Fede se limitaría a tapar por un momento mi trabajo, hasta que me viese de nuevo capaz, pero no. Para la sorpresa de todos, se apartó la trompeta, y con los labios aún encendidos del esfuerzo, se puso a cantar. Nadie se lo podía creer. ¿De dónde había sacado Fede esa voz?, si ni siquiera hacía los coros...

"I get misty, just holding your hand.
Walk my way,
And a thousand violins begin to play,
Or it might be the sound of your hello,
That music I hear,
I get misty, the moment you´re near".

Me cogió de la mano, me guiñó el ojo, y en una mínima pausa que hubo me dijo "sigue tú".
Y sin saber cómo, ni de qué manera, simplemente, cantamos un dúo perfecto.

"When I wander through this wonderland alone,
Never knowing my right foot from my left
My hat from my glove,
I´m too misty,
and too much in love..."

2.8.06

Atardecer

Salí del trabajo, en plena calle Sierpes. Las calles estaban llenas, una manifestación en la puerta del ayuntamiento, y toda la plaza Nueva levantada. Me metí en el autobús urbano, justo a tiempo de que no se fuese. Al fondo vi a un antiguo amigo y me senté de espaldas a él. Pegado a mi había un chico con una cresta naranja, y enfrente un albañil joven, con unos brazos enormes y enormes ojos verdes que se caía de sueño. La parada se adelantó diez minutos, y unas tres calles por las obras, así que me bajé al lado del río. Había mucha gente echada en la hierba aprovechando los primeros rayos de sol del año. Y en el agua se daban clases de piragüismo y canoa.

26.7.06

Recuérdame

De vez en cuando algún eco te traerá a mí. Recordarás momentos vividos, felicidades. Y regresarás a tu rutina como vuelve el agua a su curso. Con tus hombres, tus ocios y tormentos, dejarás a un lado mi nombre y tu pasado. Y mientras yo, doliéndome de cómo te llevaste la ilusión, quizá soñando, besando, aburrida, perpleja, imaginando. Recuérdame, como se recuerda que se está vivo. Como se recuerda que hay que seguir adelante, a pesar de todo. Recuérdame como una estrella fugaz siquiera, sin verla, deslumbrante. Pero recuérdame. No quiero darme cuenta de que no vivo en ti ni una mísera parte de lo que yo te poseo. Recuérdame, a pesar de los males, de la inutilidad, de la pérdida de tiempo. Recuérdame en tu cama, en tus labios, sólo un instante. Y habrá merecido todo la pena. Recuérdame y me regalarás el mundo en un sueño. Recuerda que el hueco es el mismo, que la soledad es por igual compartida, que tu reloj son los segundos que vivimos. Que estás ahora compartiendo e imaginando estas palabras, toda tuyas, como condenados están mis pensamientos a morir en tu destino de hada imaginada y negada. Sal de tu estúpida rutina, escapa de las hipocresías cotidianas, de fingir que existes, y vuelve a donde eres, a mi recuerdo.

F. H.

18.7.06

Lletraferit

La prueba de que soy una "lletraferit" (herida por la palabra) es lo de Toribio.

Mi pueblo está lleno de una frase en rojo, negro y blanco, según el sitio, escrita en forma de graffiti. En algunas paredes puedes encontrártela hasta unas diez veces, sobre todo por el centro y determinado barrio relacionado con la historia. Esa frase, cuando llegué nueva la repetía y repetía mentalmente e incluso, a veces, en voz alta, "Toribio maricón, Toribio maricón". Me sonaba bien. Para mi, este pueblo era eso, "Toribio maricón". Y cuando daba una vuelta a una calle, o entraba en una que todavía no había visto imaginaba el "Toribio maricón" de rigor, y me preguntaba si en esa calle habría más, eso significaría que cerca se cocía algo de la historia o si, por el contrario, sería de las pocas calles en las que tendría que buscar, no sin ansia, hasta encontrarlo.
Llegué a hablar con una amiga de la frase, qué significaría, a quién le habría dado por escribirla por todas partes y, sobre todo, cuál era la causa. Pero no llegaba a ninguna conclusión. Hasta que hablé con un amigo cuya familia es de aquí desde hace generaciones, y me comentó que Toribio era un homosexual en los años setenta que no reconocía su condición. Se enamoró perdidamente de un hombre que le correspondía, estuvieron juntos cinco años, siempre ocultos y de manera clandestina, paseándose por los pueblos de al lado para que no los conocieran. Hasta que un mal día, Toribio encontró a la mujer de sus sueños (en este caso es para los padres) para casarse y, ni corto ni perezoso, meses después se casó con ella, y empezó a llevar una vida de lo más políticamente correcta, con su trabajo, su coche, su móvil (bueno, móvil no, todavía no existían), su mujercita... Y dejando a su antiguo amor, y eterno, en el camino. Cuando éste se enteró de que la cosa iba en serio, de que Toribio nunca iba a reconocer su condición sexual y de que le iba a abandonar, cogió un spray fosforescente, bueno, varios, y de varios colores, y anduvo meses y meses escribiendo por todas las paredes del pueblo "Toribio maricón". Claro está, todos se enteraron, por fin, y Toribio se fue. Lo que nadie sabe es si se fue con su mujer, su amado, solo o a qué.
Duró décadas el recordatorio de nuestro Toribio, hasta que, un día y un alcalde nuevo, mandaron borrar cualquier vestigio de la frase. Me levanté y me dí cuenta de que ya no había ningún "Toribio maricón" en las paredes. Todo estaba más limpio, más moderno. Pero a mi me entristeció que Toribio, por fin, pudiera hacer lo que quisiera de su condición sexual y que, al fin y al cabo, el tiempo acaba borrando todo, amores, historias, nombres, condiciones y palabras.

10.7.06

Un camino en el mundo

Y año tras año se desvanece nuestra memoria alejándose del círculo de las colinas.

Hasta que del jardín y la espesura
surge fresco el recuerdo:
y año tras año crecen los paisajes
familiares para el niño ajeno.


(V.S. Naipaul)

Donde quiera que estés

Donde quiera que estés, te gustará saber que por flaca que fuese la vereda no malvendí tu pañuelo de seda por un trozo de pan y que jamás, por más cansado que estuviese, abandoné tu recuerdo a la orilla del camino y por fría que fuera mi noche triste, no eché al fuego ni uno solo de los besos que me diste. Por ti brilló mi sol un día y cuando pienso en ti brilla de nuevo sin que lo empañe la melancolía de los fugaces amores eternos. Donde quiera que estés, te gustará saber que te pude olvidar y no he querido, y por fría que sea mi noche triste no echo al fuego ni uno solo de los besos que me diste.

11.6.06

test psicofrénico

1.- ¿Cuál es su mayor temor?: La soledad no elegida.
2.- ¿Qué idea tiene de la felicidad completa? "Todo lo que quiero está en esta habitación", dijo él.
3.- ¿Qué es lo que menos le gusta de usted?: mi pesimismo.
4.- ¿Qué rasgo deplora más en los demás? El creerse superior a los demás.
5.- ¿Cuál es su mayor extravagancia? Gustarme las extravagancias.
6.- ¿Con qué figura histórica se identifica mejor? Un Anónimo de los que asaltó la Bastilla.
7.- ¿Cuál es su viaje favorito? Todos.
8.- ¿Cuál considera la mayor virtud? La bondad y la sencillez necesarias para ser feliz.
9.- ¿Es también la suya? No
10.- ¿Qué detesta de su apariencia? No ser invisible a veces.
11.- ¿Cuál es la persona que más desprecia? Las que desprecian.
12.- ¿Qué palabra o frase usa con más frecuencia? "Sí, ¿o qué?" "No me digas" "¿porqué?"
13.- ¿El mayor amor de su vida? : ¿Qué?, ¿cuál?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde? o ¿porqué?...
14.- ¿Cuándo miente? Cuando no tengo el suficiente espabilo como para salir de la situación sin mentiras.
15- ¿Su héroe de ficción favorito? Los antihéroes.
16.- ¿Qué considera como su mayor éxito? La gente que he conocido.
17.- ¿Cuál es su tesoro más querido? Recuerdos
18.- ¿Su ocupación favorita? Leer, escribir, cantar, bailar, hablar...
19.- ¿Cualidad que prefiere en un hombre? Inquietud intelectual
20.- ¿Y en una mujer? Humildad
21.- ¿Los defectos que no soporta de ambos? La prepotencia.
22.- ¿Cuál sería su mayor desgracia? La de aquellos que me quieren
23.- ¿Cómo le gustaría ser? Feliz
24.- ¿El color que prefiere? Granate
25.- ¿Su flor favorita? Rosa amarilla, y de una en una.
26.- ¿Un olor que recuerde? S3
27.- ¿Un pájaro? El gorrión
28.- ¿Admira algún hecho militar? No, el fin de una contienda significa que la hubo.
29- ¿Qué busca en sus amigos? Lo que puedan dar, y a veces un poquito más.
30.- ¿Cuál señalaría como la mayor bajeza? Hacer daño y estar orgulloso de ello.
31.- ¿Dónde le gustaría vivir? Una buhardilla aguardentosa del barrio latino no está mal.
32.- ¿Qué talento le hubiera gustado tener? El literario
33.- ¿Sus escritores preferidos? Cortázar, Borges, Dostoievski, Hesse, Mann, Nabokov, Paz...
34.- ¿Músicos, compositores? Brahms, Mahler, Puccini, Schubert, Bill Evans, Billie Holiday, Serrat, Silvio...
35.- ¿Pintores, otras bellas artes? Dalí, Rodin, Van Gogh, Chagall, Vermeer...
36.- ¿Tiene héroes de carne y hueso? Mi madre, mi padre y mi hermano.
37.- ¿Cómo le gustaría morir? Durmiendo y acompañada.
38.- El juego de la reencarnación: Vivir las mismas situaciones en distintas vidas.
39.- ¿Qué reforma social o cambio admira? Cualquiera desinteresada: la que está por venir (no lo habría dicho mejor)
40.- ¿Bajo que bandera batallaría? Ninguna.
41.- ¿Qué don de la naturaleza desearía tener? Leer la mente,para eso estudié lo que estudié.
42.- Dígame sus nombres favoritos. Lucía, Álvaro, Gabriel, Pablo, Amanda...
43.- ¿Cuál es su lema? Quien quiere ayudar llama a la puerta, quien ama la encuentra abierta.
44.- ¿Su mayor aversión? Las cucarachas.
45.- ¿De qué se arrepiente? De nada, quién sabe si todo fue para mejor...
46.- ¿Tiene alguna pasión? El olor a libro nuevo, vivirlo todo con idem.
47.- ¿Estado actual de su espíritu? Ausente.
48.- ¿Qué se pregunta usted? ¿Por qué me pregunto lo que no tiene respuesta, y me aburre preguntarme lo que serviría de algo?

30.5.06

Tres eran tres

Tres eran tres los que se conocieron y se separaron. Tres eran tres, por no decir cuatro, o cinco, los personajes de esta historia.
El primero es un niño risueño, inteligente, buen hijo y alumno, pero odiado por sus iguales. Se debe a sus deberes, escolares y fraternales, para rellenar el hueco de no tener amigos. Cada vez que se acerca a alguien de su clase, le espantan como se espanta a una cucaracha. Y él, cabizbajo, va a recoger a su hermanito pequeño, y a limpiar el salón, y cocinar para mamá, para expiar su culpa. Pero mira hacia delante y todavía queda mucho, todo va tan mal que sólo puede mejorar. Se imagina cuando tenga 9 años, y 13, 12, 14 en todo caso, nunca más, aún queda mucho, y sonríe. Él será alguien importante, médico, salvará vidas, tendrá una casa enorme y sabrá conducir rápido pero sin poner en peligro a nadie, y todo el mundo se lo agradecerá, todos le tendrán mucho que agradecer.
Una adolescente fea, bizca, con la espalda en forma de interrogación y piernas como palillos se siente igual mujer. Sale de su casa arreglada, pintada, con sus mejores galas y, a la vuelta de la esquina ya el primer insulto. Agacha la cabeza, se le saltan las lágrimas, pero no, ya está cansada de eso. Ve pasar a una chica de su edad, que enseña un piercing en el ombligo y una piel radiante. Quiere morirse. Le daría igual si no se metieran con ella. Alguien habría que la viese guapa. Si gustan los pelos cardados, los pechos operados, las cejas depiladas en un hombre, "Los vigilantes de la playa", la moda gótica, pincharse agujas en la lengua...¿porqué no iba a gustar ella?. Pero lo cierto es que pasan los años y es verdad, no gusta a nadie. Escribe a páginas de contacto y nada. Sale a la discoteca y nada, se acercan a sus amigas, a ella no. Repite para sus adentros que daría un brazo, o una pierna (por muy feas que las tenga) para saber qué se siente siendo guapa un sólo día. Notar que te miran con deseo, que te hablan sin palabras, que cuentas en sus vidas. Y hace cálculos mentales, sumando atributos que le faltan y restando defectos que le sobran, de cómo sería. Si por lo menos fuese intelectualmente especial...pero a quién va a engañar. En ese tema la mediocridad es su medida. ¿Qué le queda?.
Él es un hombre atractivo, con ciertas canas ya en su mata de pelo negro lacio. Ahora vive solo en un piso pequeño, pinta cuadros abstractos (no tiene talento para los figurativos) y va a todos los lados de la ciudad en autobús urbano. Sale con mujeres y llega a lo que quiere con ellas, nunca le han puesto barreras, incluso con casadas o menores que él. Sus amigos le quieren y envidian por partes iguales. Ellos soportan la carga de hijos, hipotecas y jefes desalmados. Pero no saben que es él el que les envidia. Llega a su casa y conversa con el ruido del silencio. Suelen tratar temas del pasado, de ilusiones que se rompieron, del dolor que hay tras la puerta de la lucidez, la inmensa soledad que rodea las relaciones sociales, excepto una, y cómo se van colando los segundos por el sumidero del tiempo, con el único testigo de algunas fotos y objetos de otros años de los que, poco a poco, se ha ido librando.

Un día cualquiera el pintor tuvo que dejar sus labores y dedicarse a la formación. Tras su aburrida exposición del aburrido arte abstracto cogió sus papeles, que sólo adornaban su rol de profesor por un día y se dispuso a volver a su casa en el autobús. Ese día algo olía mal en el ambiente, sudor, ya era cerca del verano, o ruedas sobrecalentadas. Lo cierto es que adoptó el rictus de Haníbal Lecter y, sin darse cuenta, lo llevó con él mientras miraba la espalda jorobada de una adolescente. Ella pareció darse cuenta, volvió la cabeza y, al interpretar esa mirada como le habían enseñado, sin saber cómo, se puso a llorar. Él se conmovió, nunca había visto nada tan bello. Se acercó a ella y le puso su mano en el hombro. Como un padre, se dijo él. Como un enamorado, pensó un niño que lo vió todo. Y, sin saber porqué, también se puso a llorar.
"No te preocupes, no le pasa nada".
"Es que voy a ser médico y debería saber qué le pasa".
"No, tú no vas a ser médico, vas a ser artista, eres demasiado sensible".
"¿Y voy a ser feliz?".
"No, eso no. Un artista nunca es feliz".

Tres eran tres, por no decir cuatro, o cinco, los personajes de esta historia. Tres eran tres los que se conocieron y se separaron...¿O no?.

13.5.06

Siddartha

Cuenta la historia que hace años estaban dos amigos en un bosque a la hora en la que los gorriones empiezan a buscar donde reposar sus plumas en el frio de la noche. Uno de ellos era alto y delgado, de hombros anchos. El otro, más bajito y fuerte, era de cara aniñada. Éste decía:

- No me quería. Nunca me quiso. Hubiera preferido estar con alguien a quien no amase, pero que se hubiera preocupado por mi, y no me hubiese tratado como escoria. Ahora me siento el último ser del mundo, inútil, destrozado.
- Hay personas que no saben amar, porque siempre se querrán a ellos más que a nadie. Sus relaciones son un mero pretexto para demostrar que son superiores, que dominan a alguien. Pero a mi me dan pena. Es peor que nada esté dentro de tus expectativas, que siempre exijas más, y sentir que te falta algo, que ser abandonado. El abandonado ha sido feliz en los instantes en que el otro le ha correspondido, aunque sean flashes nada más. Pero el otro...el otro siempre será infeliz. Después de todo, agradecemos que nos abandonen...Es la mejor manera de darnos cuenta de todo lo que hemos amado.
- Pues yo no me alegro de de que me hayan dejado. Me duele...algo...físico. Nunca había sentido tal dolor, tal desesperanza.
- Sí, pero...si pudieras, ¿cambiarías el haberla conocido?.
- Sí...bueno...la verdad es que no. Y tú, ¿has tenido experiencias de este tipo?.
- De todos lo tipos. No quise andar sin antes conocer todos los caminos. Me encontré sólo, pobre y confundido.
- Pero habrás aprendido mucho.
- Sólo una cosa. Que sigo buscando... Que buscar no es un medio, sino un fin. Da igual los caminos que conozcas o hayas dejado atrás. Seguirás sin encontrarlo.

El amigo con cara de niño sonrió melancólicamente, pero esperanzado, observó una piedra que había a sus pies, la pateó, y juntos se fueron hacia el río. Se montaron en una barquichuela vieja, cogieron los remos, dejaron sus petates en la orilla y, uno enfrente de otro, fueron haciéndose más y más pequeños, hasta que se confundieron en el horizonte.

5.5.06

Monólogo ajeno

Estoy cansado de que la vida me lleve. Mi padre me pedía que le ayudara en las cosas de casa, y yo me quedaba plantado frente al televisor sin saber qué hacer. Me quejaba de todo, no alcanzaba nada, todo me iba muy alto. Siento que nunca estaré preparado para nada, ni marido, ni adulto responsable, ni nada. Sí, es verdad, lo he hecho, pero ese no era yo. Me ponía el chip de sonrisa de cartón, de fingir, y pasaba un día como se pasan las hojas del calendario, triste por ver cómo van quedando menos, y alegre por arrancarlas. Así que no tuve otro remedio. Me cansé de poner nombre, e incluso, palabras bellas a mi desidia, y me fui. No, no fui valiente. Simplemente, me quedé sin excusas para seguir arrastrando las horas así. Nadie me ha dado nada, he dormido en bancos, no quiero pedir dinero a mi padres, he comido de caridad, nunca lo he pasado peor, ni nunca supe hasta qué punto puede llegar a ser puta la vida. Pero ahora todo me habla de tú. Todo es mío, el viento, la lluvia, el sol, los niños que me miran y se ríen, e incluso los cabrones que me pegan palizas. Todo me concierne. Todo soy yo. No pienso. Cada día es distinto. Y no, no escribo, no tengo tiempo más que para vivir.

22.4.06

El destino llama a tu puerta

Era un día inestable, de esos en que no sabes si coger paraguas, tirantes o abrigo. El sol salía, se escondía unos segundos, y volvía a salir. Él en su casa se sentía como el tiempo, ahora le apetecía pasear, no hay suficiente sol, ahora quedarse en casa a ver una película, es muy aburrido para un sábado... Estuvo así desde que se levantó hasta que le llamaron. Fue un timbrazo largo, seco. Se asustó, no suele sonar así el teléfono.
- ¿Quién es?.
- Soy yo.
Se quedó sin habla, la boca abierta como el espacio por donde se va el tiempo, y los músculos rígidos. Pero lo cierto es que no lo conocía. No era una voz de hombre, ni de mujer. Ni aguda ni grave. No se acuerda en realidad de lo que se habló, escuchaba más los golpes de sus latidos, y el movimiento reflejo de su equilibrio. Miró las paredes de su piso, lleno de libros, trozos de su vida en ellos. El color de los muebles, como todos, marrón madera. La televisión, enorme, con orejeras surround, muerta desde hace tiempo. La moqueta, nido de ácaros que en grande serían como los monstruos de nuestras pesadillas. Todo igual. Pero se dió cuenta de que el suelo era azul, un azul que le hablaba, como el que aparece un día nublado entre nube y nube. Tenía un piso y un coche, que hasta entonces había visto enanos, y necesitados de reforma y limpieza. Un móvil con cámara, vídeo, y con el que se pueden bajar mp3. Detrás de la mesa, entre el sofá blanco y sus patas, había una carta de baraja. Era una reina de corazones. Y encima de la silla, un ajedrez clásico. Las fichas blancas de marfil, las negras de alabastro. La reina se elevaba entre las demás, alta y erguida, al lado del rey escuchimizado y cobarde. Todo estaba igual que años anteriores. Se acercó a un espejo y se miró. No tenía arrugas, pero la cara estaba más cerca del suelo que antes. Las entradas anunciaban el camino por recorrer en su cabeza y los ojos marcaban un arco triste, en vez de una sonrisa como siempre. Necesitó tocar el reflejo de sus ojos, sus mejillas, como si alguien le acariciase. Y pensó que esos ojos se pudrirían, fermentarían edad entre gusanos carroñeros. Y esos mismos ojos fueron la luz de muchos cuando fue bebé. Tantas esperanzas tenían todos los suyos en que fuera alguien especial. Esos mismos ojos brillaron de alegría al conocerla. Más que al conocerla, al sentirla. O mejor aún, al sentirla cuando ella no estaba. Esa cara demacrada y derrumbada, más por la desidia que por los años, eran piel de manzana en sus manos. Días enteros que pasaban juntos, tocando, jugando, experimentando, besando, amando, oliendo a vida, a juventud, a carne fresca, a agua de río en su curso alto. Ellos sólos se lavaban, el uno en el otro, el uno del otro. Y ahora, ese rostro tan limpio, entre duchas y afeites, no huele a nada. Escucha lo que sale del teléfono. Respira y espera.

14.4.06

Varios

"Abril es el mes más cruel,
criando lilas de la tierra muerta,
mezclando memoria y deseo,
removiendo
turbias raíces con lluvia de primavera"

T.S. Eliot


"Las noches complican la soledad del viajante.
Y en el hall,
de pronto,
la sospecha de que nunca se vuelve a casa"

Manuel Vázquez Montalbán


"Guardo en mis ojos
el calor de las lágrimas.
Las últimas.
Ya no llorarán más.
Por los caminos
viene el otoño
arrancando todas las hojas.
Oh, qué cansancio.
Una lluvia de alas
cubre la tierra."

Vicente Huidobro

5.4.06

La vida es hoy



Salí a la superficie y presencié el big bang. La antimateria de los agujeros negros no me desintegró y pasó el tiempo y pasó hasta que todo volvió a empezar. Los monos descubrieron el fuego, pero sin la música de Richard Strauss. Los dinosaurios desaparecen, sin Spielberg rodándoles. Napoleón vuelve a dárselas de conquistador, y no precisamente con su Josefina. La Bastilla es asaltada, eso sí, sin actores guapos. Hitler escribe un libro desde la cárcel que matará a millones de personas. Se suceden personajes que deciden asesinar a otros. El efecto 2000 no se da, ni se cae ningún satélite, ni hay tercera guerra mundial. Mi padre nace, mi madre nace, se conocen, nazco, y soy otra. Me veo y no me conozco. No me he mudado, no he conocido a unos y sí a otros que no conozco. Me quejo de otras cosas. Tengo cosas que siempre he deseado y me faltan las únicas que he tenido. Simplemente, el universo se expande, la antimateria se expande, las estrellas se apagan, el universo se contrae, se contrae, y un nuevo big bang. Mismas reacciones, mismas consecuencias físico-químicas. Distintas personas. Los fenómenos inorgánicos se pueden reproducir en las mismas condiciones y dar lugar a los mismos efectos. Los seres no. Y menos los humanos. Dicen que se ha intentado clonar a Hitler, y reproducir su ambiente de crianza, todo exacto. Y no le dió por escribir un libro, ni matar a gente. Todo porque en un momento de ese ciclo, ambas historias empezarían a diverger. ¿Y todo porqué?. Por una decisión inadecuada. Quizá ir por la calle de la izquierda en vez de por la derecha. Quién sabe. Quién sabe, en esta vida tan rutinaria y ya, tan manida, qué pasaría si tocásemos un botón distinto. Cómo seríamos en una nueva réplica del ciclo. Quizá hasta más altos. O felices...¿O eso será siempre igual?.
Sea como sea, la vida es hoy, lo anterior fue un modo, bueno o malo, de llegar hasta aquí...

27.3.06

Corazón coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero si no te miro
amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti

Woody Allen said:

Las canas ya no se respetan. Se tiñen.

Los japoneses no miran, sospechan.

Cuál es el animal que después de muerto da muchas vueltas?..... El pollo asado.

Cuando un médico se equivoca, lo mejor es echarle tierra al asunto.

La música japonesa es una tortura china.

El eco siempre dice la última palabra

En los aviones el tiempo se pasa volando.

La marihuana causa amnesia y... otras cosas que no recuerdo.

Solo quien ha comido ajo puede darnos una palabra de aliento

Los mosquitos mueren entre aplausos.

Mi padre vendió la farmacia porque no había mas remedio.

Morir es como dormir, pero sin levantarse a hacer pis.

La inactividad sexual es peligrosa, produce cuernos.

Hoy en día la fidelidad solo se ve en los equipos de sonido.

Hay estudiantes que les apena ir al hipódromo y ver que hasta los caballos
logran terminar su carrera.

El negocio mas expuesto a la quiebra es el de la cristalería.

Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida.

El matrimonio es como las libretas de ahorro: de tanto meter y sacar
se pierde el interés.

El diabético no puede ir de luna de miel.

Cuando todo sube, lo único que baja es la ropa interior.

Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas.

Arreglar los problemas económicos es fácil, lo único que se necesita es dinero.

Disfruta el día hasta que un imbécil te lo arruine.

Amaos los unos "sobre" los otros.

La amistad es como la mahonesa: cuesta un huevo y hay que tratar
que no se corte.

Hazlo bien y no mires con quién.

Es curioso que se le denomine sexo oral a la práctica sexual
en la que menos se puede hablar.

El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y
desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra.
El político hizo un gesto y desapareció el mago.

Bígamo: Idiota al cuadrado.

19.3.06

El tedio


Anoche me acosté a las 3 de la mañana con el tedio (libro de Moravia). EL misterio como inicio del amor, la inaccesibilidad, la incapacidad de una completa posesión. Me levanto y desayuno con música, ("me dediqué a perderte"), tendré el día moña. Un amigo me lo aconsejó, me lo puso en el coche y no me desagradó del todo. Según él no me gustaría, porque yo soy "guerrillera", fuerte, con carácter, no soy ñoña. Lo escucho y no sé si reirme o darle la razón. Pero me quedo callada. De tantas vueltas, muchas historias vuelven como si hubiesen pasado ayer, como si tuviese una memoria emocional excelente. Pero no es así. Simplemente mi cabeza se dedica a llenar tiempo, a distraerme, y a sacar conclusiones de donde no las hay, y sé que no las hay. Pero vivo una especie de vida paralela para no congelarme en esta rutina. Un amigo va a tener un niño con nombre de personaje literario. Ya tiene anclaje, incluso poético, para definir su vida. Ahora le será más fácil ser feliz. Y lo será. Le envidio. Soy como un coche sin frenos en las primeras gotas de lluvia, a punto de derrapar e intentando mantener el control. Sin saber sobre qué. Todo pasa como por encima, sobrevolándome, sin consecuencias. En "El Tedio" el protagonista tiene un problema que define como incapacidad de conectar con la realidad, de tener alguna relación significativa con ella. No sé si yo podría decir lo mismo. Son maneras de definir algo indefinible. Pero falta algo, como un agujero negro dentro mía que absorbe toda la materia, y hace que todo me sepa a poco, que pida más, que busque, que espere al sol. Pero sólo hay nubes. Nubes cargadas de lluvia o su amenaza. Para no ver las sombras recuerdo o imagino un día de sol, una canción, unas esperanzas. Pero mira tú por dónde, eso me cuesta más. Los que me conocen relativamente poco se sorprenderían de que yo dijese esto. Aparentemente tan risueña, con nada sonrío. Me alegra alegrar a los demás, es cierto. Ayer no tuve más remedio que decirle a alguien que tenía un fondo detrás de sus ojos muy triste. Y con la mirada brillante agachó la cabeza y esbozó una sonrisa tímida y negra como el principio de la noche. Me impactó por un segundo tanta tristeza. Se parece a mi, supongo. Tan dicharachero hasta entonces, tan hablador y bromista. Y de pronto, un relámpago de tragedia. Tan inesperado como profundo. Tocó a mi tecla de "hasta aqui llegué". Y no me pude alegrar ni a mi misma ya en todo el día. Ahora está lloviendo. Y ya me cansé de hablar de mi.

12.3.06

Sin ser tú

Sus ojos, azules y rasgados. Su cara, marcada y fina. Sus labios, su sonrisa, el mismo gesto. Sorpresa. Conocer lo desconocido. Intento llegar a mi pasado desde una mirada cómplice, pero para él, como para el primero, soy una completa desconocida. Y mientras, sus ojos me saludan desde el recuerdo, su boca se entreabre para hablar de cosas ya dichas. Pero sus dientes no muerden lo que soy, lo que fui, y pasa a mi lado como una ráfaga de luz, indiferente a mi pasado y a aquella intimidad. Las noches aquellas, guardadas en otro rostro, igual. Mis caricias escondidas en otras manos que no cogen lo que veo que ahora coje, que despierta mis sueños de belleza interrumpida, de dolor y de ansias.
¿Sabrá que mi pasado y mi futuro están unidos al cielo de sus ojos?, ¿que mi cuerpo es suyo, antes incluso de verle?. ¿Qué ocurre cuando otro tiempo se encarna en algo extraño y ajeno?. ¿Qué pasa cuando sientes como tuyo un cuerpo indiferente a ti?.
Deseo el regreso a lo perdido desde lo no tenido, en el mismo sitio aparece, viviendo, reviviendo lo muerto. En el mismo sitio. Y quedo anulada en la impotencia de no poder cumplir lo que ya se cumplió. Cumplido y perdido antes de comenzar.
Ahora está aqui, a mi lado, me mira, por fin, de aquella manera maldita, con curiosidad. Algo se habrá tenido que escapar. Extrañeza, arrobamiento, algún secreto desvelado, sin saber qué ni cómo, abriendo la puerta a algo familiar que no lo es.
Buenos días, y ahí queda todo. Buenos días. A tí, a tus ojos, a mi pasado, a él. Buenos días, vida, de nuevo.

26.2.06

La teoría de las vidas paralelas

Nuria es una niña con la que trabajo. Tiene problemas académicos pero, en conjunto, es y forma parte de una familia feliz, en el más amplio sentido. El otro día me contó que ella no creía en las reencarnaciones ni que después de la muerte no haya nada. Algo tenía que haber, no se podía imaginar el vacío. Y tampoco quería que hubiese la posibilidad de llegar a convertirse en un bicho cualquiera, un sapo (aunque hay muchos sapos más guapos que algunos príncipes) o una cucaracha. Así que, a lo largo de sus, todavía, escasos días, ha ido formando la creencia de las vidas paralelas. Ella siente que, en este mismo instante, hay varias Nurias. Cada vez que tenemos la necesidad de decidir algo se abren distintas alternativas, con sus correpondientes consecuencias. Pues en su teoría hay tantas vidas como opciones distintas, que se van encandenando con las anteriores y así hasta el infinito. Esta idea le vino cuando escuchó la frase de "No hay nada más injusto que no vivir todas nuestras posibilidades". Así, ahora mismo, en otra dimensión, hay una Nuria mendigo, una Nuria princesa...
Y no tuve más remedio que recordar la cantidad de veces que me he planteado qué hubiera sido de mi vida si en vez de actuar de una manera lo hubiera hecho de otra. Dónde estaría ahora, y cómo, si hubiera elegido otras cosas. Pensé que el hecho de no hacer nada también es una decisión, cuánto habremos perdido por cobardía, comodidad, y cuántas felicidades no hemos visto por orgullo, por no demostrar lo que sentimos, por miedo a no ser correspondidos y a hacer el ridículo. Para mi sorpresa, me dí cuenta de que busco y prefiero personas directas, incluso hirientes, sin miedo a decir y hacer lo que quieren, que se arriesgan. Iba a decir que las personas de las que me enamoro son así, pero no es verdad. Siempre me engañan...Será que la máscara de dignidad es la mejor coraza...Pero no hay frase más cierta que aquella "Nadie es solemne".

15.2.06

Pasaje a la India

Un indio musulmán viudo y una inglesa fea e insulsa van a ver las famosas Cuevas de Marabar, cerca de Chandrapore, al principio de la estación cálida. Los demás viajeros, cada uno por una cosa, tienen que quedarse en un campamento cercano. Ella está prometida a un hombre frío, arrogante y algo clasista. Todo lo tienen planeado y organizado, como buenos ingleses, saben cómo va a ser la boda, su estilo de vida... Hasta que entra con este joven a una de las cuevas. En realidad no entra con él, sino tras él. En esas cuevas oscuras como el vacío, cualquier ruido o palabra, de la intensidad que sea, es devuelto en forma de un mismo eco, siempre el mismo tipo de eco. Le ve que enciende un cigarrillo, las cuevas más negras que la boca de lobo, de pronto se iluminan y florecen, ella se pone nerviosa, tantos pensamientos y sentimientos nuevos. Se da cuenta de que el musulmán tiene los ojos tan negros como el aire de la cueva, y los ecos vuelven en forma de palabras con sentido: "No estás enamorada de tu futuro marido, no sabes lo que es el amor ni lo sabrás nunca y quieres sentirlo". Y la chispa del cigarro, su espalda volviéndose hacia ella... y la muerte. La muerte en vida. Sus días como esa cueva, sin nada, con el mismo eco repitiendo todo, la única posibilidad de escuchar algo. Sin ver, sin oír...
Nota algo húmedo que le tapa la cara, chilla, corre hacia la salida y huye. Huye de su vida, del amor, de la brusca realidad que le susurra al oído: "todo es para nada, nunca encontrarás lo que buscas, sabes cómo van a ser tus días hasta el día de tu muerte". Pero en vez de reencontrarse con su rutina anterior se ve deforme como la cabeza de medusa, en medio de ataques de asma que le ahogan el cuello, asfixian su pecho, hasta que se desmaya.

Las cuevas de Marabar. Toda la India sabía que, siendo sólamente unas colinas sucias, sin encanto, quien entraba no salía igual. Cada uno se enfrentaba a sus realidades reprimidas, como una especie de Freud megalítico, y no las oían, las sentían.
Nuestra inglesa fea e insulsa prefirió negar esa verdad revelada y declaró culpable al indio de violación. Ella no estaba reprimida, ella tenía que aceptar su sino, monótono y organizado, para no invalidarse a ella misma y todo lo que la había acompañado durante sus años de andadura militar.

12.2.06

Son mis amigos

Sé que mis amigos no leen esto. A algunos no les gusta leer y a los demás, simplemente, no les gusta leerME. Así que les puedo poner verde a gusto. Mi venganza por no pasaros por aqui, chicos. Y a todo el que no lo vea yo entrar, que se prepare, que le dedicaré una bonita elegía...

Ayer estuve todo el día con Rosa. No cambia, en nada. Sigue esperando a que llegue sin avisar su Antonio, a las 10 de la mañana como a las 5, da igual, ella siempre le espera. Él tiene novia, pero cuando le hace falta algo que ésta no le da, va a casa de mi amiga y, sin palabras, lo coje.
La acompañé a un recado. Era para comprar preservativos. "Es un bestia, viene y me tira directamente a la cama, y si no los compro yo, tengo que tomarme al día siguiente la píldora del día después, y es una lata, te entran retortijones y sofocos".
Los eligió de sabor tropical, y color rosa, "pleasure-max". Ni corta ni perezosa, en medio de la calle, abarrotada, se puso a explicarme los detalles y pormenores de su utilización. Los sacó, me los mostró y, emocionada intentaba convencerme de que la próxima comprase esos y no otros.
Me contó que ha conocido a una chica que se ha enamorado de ella. Dice que es muy ordinaria. Un día iba con unos pantalones estrechos y la chilló: "Hoy viene Rosa con el chocho aplastao". Pero aún así le cae muy bien, es muy generosa y solícita. "Ya que no me hace caso ningún chico...No veas cómo me hace falta que me den cariño...".
También vinieron Juan y Andrés. Son pareja desde hace unos años, pero siempre han tenido sus menos y sus más. Se jactan de que aceptan todo, son bisexuales. Juan es uno de mis mejores amigos, y ya ha intentado algo conmigo. Si fuese atractivo me habría hecho dudar, la carne es débil, pero con él, la verdad, no tengo más remedio que tenerlo muy claro. Así que, cada vez que me ha achuchado o insinuado algo he puesto distancia de por medio. Luego nos hemos reído y aquí no ha pasado nada.
Pero es Andrés, su novio, el que no soporto. Hablando de que soy una chica sugerente, de ojos muy profundos y cara aniñada...bla, bla. Que eso gusta a todos. Que si no me había planteado el poder hacer un trío o ser lesbiana. Le contesté que una mujer me atrae exactamente igual que un hombre que no me atrae nada. No es problema de saber o no mi orientación sexual, no me interesa, igual que pueden gustarme rubios, morenos o castaños. El problema es que, simplemente, una mujer me atrae tanto como un grillo boca abajo.
Siguió Andrés con su táctica de "gay seductor de mujeres heterosexuales para sentirse más hombre". Yo te llevo a donde quieras, pareces un cuadro de Julio Romero de Torres, ¿qué es de tu anterior novio?, si no ha luchado por tí él se lo pierde... Ya me lo dijo Juan hace tiempo, que para un hombre que le gustan otros hombres lo más definitivo para saber si son atractivos o no es gustar a las mujeres.
Intentando esconderme de las contínuas fotos que me hacía Andrés, y escuchando por decimocuarta vez las propiedades de los preservativos "pleasure-max", me dí cuenta de que donde estoy más a gusto es con personas extrañas, fuera de la norma. Otro amigo mío está en la cárcel, por sus problemas con el alcohol. Y Santi tiene cerca de 50 años, y un matrimonio de pasión pura que unas veces le hace gritar de felicidad, y otras quiere divorciarse y huir de los nudos de esta relación tan turbulenta. Con cierto desequilibrio emocional, depresiones, crisis de ansiedad e intentos de suicidio, su vida sigue adelante. María está enamorada de un antiguo romance que tuvo que dejar por la distancia, y de vez en cuando, engaña a su novio actual con el anterior que, por cierto, es actor de publicidad, a veces lo veo en la tele. Hablando de actores, el ganador del Goya de este año es amigo de la infancia de Raquel, una de mis mejores amigas, con el que hemos salido alguna noche por la ciudad. Y Roberto, que ha estado en cuatro guerras, Irak, Afganistán, Bosnia y Somalia. No para de hablar, de su amigo el rey, de cómo hay que disparar y camuflarse. Dice que matando a una persona no sientes en el momento nada especial, en todo caso alegría, por haberte salvado tú. Pero hay noches en las que, sin saber porqué, tienes pesadillas y no puedes dormir. Cuando has tenido cerca la muerte, la ONU y terroristas, el día a día te parece algo de risa.
En conclusión, mis amigos, los actuales y los pasados, son gente especial, rara. Quizá por ello más auténticos que el resto. Una de dos. O me gusta la gente extraña, o todos somos algo extraños y... a mi que me gusta.

7.2.06

La culpa

Eran amigos desde el colegio. De esos amigos que tienen tanto que ver contigo que no hace falta hablar, ni estar cerca. Hasta que apareció ella. Pequeñita, con cara de niña y cuerpo de mujer. Eran tan parecidos los tres, estaban tan unidos, que se imaginaban, incluso lejos, hermanos eternos. Primero lo intentó con ella Pedro. Se llevó el gato al agua. Pero quedaba Pepe sin la sensación de sobrar, obligándole como le obligaban a no dejarles. Pasaban las tardes en casa de uno de los tres, hablando, riendo. A Pepe no le hacían falta más mujeres que ella, amiga sincera e inteligente. No veía raro ir a buscarla a su casa cuando Pedro trabajaba, o salir de paseo los dos solos. Nadie lo veía mal. La tendera de la esquina creyó que eran dos hermanas gemelas, cada una salía con uno. Y ellos se reían de los cotilleos de la gente. Qué iban a saber los demás de lo que pensaban. Y a ella le sobraban todos los hombres del mundo teniéndoles.
Hasta que un día Pedro se fue de viaje y pasaron la tarde y la noche juntos. Con su sentido del humor irónico, hablaba de la cantidad de hombres que tenía que haber "disfrutado". Entre carcajadas, se quejaba de que nunca había sido así, al contrario, creía que ninguno le hacía caso. Pedro por ser como era, tan bueno, por nada más. ¿Y yo soy bueno?, ¿y si te digo que me gustas, que me encantas, será por pena?. No lo sé, nunca dirías algo así, porque es mentira. ¿Tú que sabes?. Lo sé. Pues me encantas, me haces sudar cada vez que te tengo cerca, y quisiera agarrarte, besarte, amarte. Pero no puedo. ¿Porqué?. No me dejarías. Inténtalo.
La cogió de la cintura, se la acercó y la besó.
A la mañana siguiente la culpabilidad no les dejaba vivir. Ya no era lo mismo. Cuando estaban los tres el único alegre era Pedro, los demás pensaban y pensaban sin llegar a ninguna conclusión. No podían imaginar el tener que dejar de verse, ni el hacer daño a nadie. Así que Pepe esperó la ocasión adecuada y le contó que había tenido un sueño, en el que era feliz, encontraba a la mujer de su vida y a partir de entonces hasta los golpes más duros de la vida se le hacían llevaderos por poder verla todos los días. Y esa mujer era ella. Pero no respondió. Ya no le gustaba la situación, tenía que elegir, y quería seguir con los dos. ¿Era tan malo?. Daría todo el amor del mundo, hay tiempo, y nadie le sobraba ni a nadie quería apartar. Pero hubo un marginado. Como no tuvo respuesta, Pepe se la imaginó, negativa, por supuesto. Ni ella supo hacer nada para remediarlo. Así que un mal día él cogió sus maletas y se marchó muy lejos. No se volvieron a ver.

2.2.06

Serenata


Trabajo en el centro de mi ciudad, en una de las calles con más vida de España. A todas horas suena la música. Personas de todos los tipos intentan ganarse un dinerillo tocando algún instrumento. Creo que la canción que más suena, con eso de que Sevilla es una ciudad cálida y con buen tiempo casi todo el año, es "la Primavera", de Vivaldi, especialmente, como no, en esa estación. También hay un cuarteto de cuerda (dos violines, una viola y un chelo) de argentinos que nunca repiten tango, ayer era el tiempo de "Cambalache". "Que el mundo fue y será una porqueria,ya lo sé...".
Al lado exacto de la puerta de mi trabajo se encuentra un anciano tocando el violín, como un genio. Cada vez que lo escucho, que son unas cuatro veces al día, me evado, me pongo a flotar y me dejo llevar por sus notas, maravillosas, emotivas. No habría dinero suficiente para pagarle... Anteayer salió de su violín el tema principal de "El Padrino". Preciosa donde las haya. Pero ayer...ayer me llegó al alma. Acariciaba las notas de "Ständchen", como si nunca antes se hubiese tocado, como si le fuese la vida en ello. Algo debía tener roto que unía con esos sentimientos con que recreaba la obra.
Dentro de mi música favorita se encuentran los lieder de Schubert, canciones populares alemanas. Hay un ciclo especialmente sublime, bueno, dos.
"El viaje de invierno" relata en una serie de cancioncillas el viaje de un joven que sabe que sus días están por terminar, y que la vida es fría y costosa como andar por la nieve. Dentro de este ciclo hay un intervalo optimista entre temas pesimistas y trágicos, "El Tilo". Esta canción trata de la esperanza que nace en nuestro protagonista cuando, solo y en medio de la nieve, ve una ramita de un tilo en flor, en plena helada.
Otro ciclo especial es "El canto del cisne". Como sabréis, esta frase se refiere a la melodía triste que producen los cisnes cuando saben que su fin está próximo. Dicen que es de los sonidos más bellos que se pueden escuchar. Schubert, para no ser menos, crea un grupo de canciones como su particular tributo a este mágico preludio. También está "Sylvia", con letra de un poema de Shakespeare de "Los dos hidalgos de Verona", y "Ständchen", (Serenata) la que, como ya he comentado, es hermosa como pocas cosas, el verdadero canto del cisne de Schubert, sólo tenéis que escucharla...

28.1.06

Anecdotario ajeno

Una compañera de piso me contó que conoció a Goran Visjnic, el médico Yugoslavo de "Urgencias". Después de las consabidas bromas, y el lógico escepticismo, nos explicó cómo fue su historia, si es que la hubo...

Andrea, que así se llama mi amiga, es periodista. Un día su jefe le encargó la tarea más "pesada" que puede haber para cualquier mujer heterosexual, entrevistar a un mito erótico, en este caso, un actor. Ella reconocía que era atractivo, no lo podía negar, pero no soportaba los hombres vanidosos, y éste, por necesidad, tenía que serlo. Y no se equivocó. Cuando entró en el plató de la entrevista él la miró por encima del hombro, algo parecido a "sé que te tengo". Andrea se mofó de esa superioridad, así que se puso a pensar en cómo podría bajarle los humos a semejante especímen. Aunque, una vez planteado, se percató de la dificultad, por no decir imposibilidad, de cambiar algo ya tan asentado.
Se sentaron de frente, el fotógrafo se movía de un lado para otro intentando encontrar la foto perfecta, y la redactora se colocó detrás para controlar.
Por lo visto él era croata, familiares suyos murieron en la guerra, pero está afincado en Paraguay,por lo que habla español a la perfección.
El fotógrafo debe ser que ya encontró la foto perfecta así que, a la media hora, se marchó. Hubo un problema en un micrófono, se intentó arreglar y, al ver que pasaba el tiempo y no se solucionaba, la redactora les comentó que podían dejarlo para otro día, si querían. A él le daba igual, estaba de vacaciones y, para Andrea, cuanto antes se pasase todo, mejor. Así que, en medio de idas y venidas de los técnicos, siguieron, ahora por escrito, la entrevista. Al haber tanto ruido la redactora sugirió que entrasen en su despacho y continuase todo alli. Entraron los tres y él, en su faceta de seductor, se sentó en un sofá al lado de Andrea. Ella intentó zafarse pero, sabía que para la jefa, era mejor cuanta más intimidad. No tuvo más remedio que aguantar el tirón. Un tirón que se le hizo más y más fácil según pasaba el tiempo al ver ahora de cerca sus enormes ojos verdes que parecían pintados. En más de un momento dejó de escribir, sin darse cuenta, para observar, hipnotizada, el movimiento de sus labios al hablar. Una vez él se percató y, con la media sonrisa de los vencedores, le preguntó:
-¿Te ocurre algo?.- Esquivó su mirada y le contestó, entre balbuceos, que estaba resfriada, que no se sentía bien.
Al rato entró un técnico y le comentó a la redactora que el panel de sonido se había despolarizado. Ésta se despidió y aconsejó que la entrevista siguiera como si no pasase nada. Que no pasa nada. Qué difícil de imaginar esto por Andrea en ese preciso instante. Por todos los medios intentó terminar las preguntas, escapar. Y más largo se hacía.
Él se asomó a los cristales del despacho intentando averiguar qué había pasado. Su brazo se apoyaba en el de Andrea, y ésta, nerviosa, seguía automáticamente su interrogatorio, que él no escuchaba. Dejó de mirar a través de la ventana, fue a sentarse y coincidió con la mirada de Andrea, que se había cansado de hablar para ella sola. Se acercó a su oído y la preguntó:
- ¿Qué piensas?. -Sin saber ya quién era, y notando su aliento en los labios, le respondió:
- Llévame a Uruguay.
- No vivo en Uruguay.
- Es verdad, "Paraguashio". Da igual. LLévame a ver todo, Montevideo, Buenos Aires, el Cabo de Hornos, por mar. Dicen que el marinero que pasa por el faro del fin del mundo se pone un pendiente y escupe a favor del viento, mientras huele el aire gélido de la Antártida... Y dicen que el peor accidente para un argentino es caerse desde su ego... ¿Sabes que Lucifer es el que anuncia la primera luz del amanecer?. Significa "el que trae la luz". El ángel más bello, el más oscuro, y a la vez es el lucero del alba, que anuncia a Venus...
- Tendría que ir a Paraguay, divorciarme y venir a buscarte.
- Me da igual. Haz lo que quieras... - Y, cogiéndola de la cintura, se la sentó encima, sintió el latido de su cuello en los labios y le dijo:
- Mira al cielo. Arriba.- Ella levantó la cabeza hasta ver el techo.
- ¿Qué ves?.
- A Lucifer.

5 manías

- Empezar a leer el periódico por detrás.
- Hacer rabiar a mi gata.
- Llamar sólo cuando me llaman.
- Hablar deprisa cuando estoy contenta.
- Creer a todo el mundo bueno.

Lo siento, Juan Pablo, pero no creo que estas manías sean características de los españoles.

21.1.06

Amanece, que no es poco.

Habían quedado en el hipermercado. Estaba lleno de gente, eran las rebajas. Distraídamente, echaba un vistazo a cada estantería, pensando que ya estaba tardando mucho. Dos chicas comentaban que una tercera se había portado mal con ellas. Una abuela no sabía que comprarle a la madre del nieto que llevaba de la mano. Una niña de unos dos años, de ojos grandes y verdes, con dos coletas empinadas hacia arriba, corría de un lado para otro y chillaba. El padre, desesperado, no sabía qué hacer para frenarla. "María, no chilles". A la chiquilla le daba igual, berreaba, saltaba y tiraba todo a su camino. Ana se reía y no podía evitar seguir la escena del padre en apuros. Era un hombre de unos treinta y pocos años, castaño de ojos azules y tristes. Se dió cuenta de que era observado, miró, agachó la cabeza algo avergonzado, y la sonrió. En ese momento la niña le cogía del abrigo, se lo estiraba y le pedía gritando el nuevo peluche de Disney. Desaparecieron los dos, en busca de otro muñeco más barato, y Ana, aburrida, se sintió más sola. Suspirando salió a la puerta para ver si ya venía. No vió nada, cuando sintió una patada en la espinilla.
-Lo siento, lo siento. María, te he dicho que no hagas eso. Perdona, ¿te ha hecho daño?.
-No, gracias. No. -Se lamentó de haber dicho una frase tan inteligente...
En ese momento la llamaron por su nombre, por fin había llegado, se besaron y fueron hacia el coche. Volvió la cabeza, para ver si seguían allí. Él la estaba observando. Se miraron.
-Ana, ¿te pasa algo?.
-"No, gracias. No"...

Desde la ventanilla se dió cuenta de que esa noche había una luna roja y grande, como nunca, e imaginó que viajaba en ella, que le servía de balancín, y que huía de todo:

"Rescátame,
de este mundo sin sentido,
de estas mañanas vacías
de estos nervios gastados de forma
inútil.
Sálvame, sálvame, mil veces dicho,
que se rompa esta continuidad tenebrosa,
deja tu vida, tu país, tus penas
y tráelas, que remiende
con color alegría
tus esperanzas a las mías.
Llévame donde la locura no alcanza,
donde el mayor sacrificio sea placer,
donde las máquinas cobran vida
y el horizonte tenga tu nombre.
No dejes que sigamos perdidos,
dando vueltas en el laberinto,
escapándose los segundos
como arena en las manos.
Regresa donde nunca estuviste,
que toda una vida se te dedicará,
y amanecerá,
por tí..."

13.1.06

De a poquito

Esto no se lo conté nunca a nadie. Es una historia que me sucedió y que llevo dándole vueltas durante años. Así que la contaré.
Fui una tarde de hace unos años a natación, en pleno invierno, nevaba. Entré, como siempre, al vestuario, me puse el bañador, el gorro y a nadar. Había una chica de unos 35 años que parecía que no veía bien. Tanteaba el agua, daba vueltas alrededor de la piscina, hasta que se metió. Fue en busca de un hombre guapo, moreno, con un bañador negro, y se le agarró del cuello para el resto de la hora. Seguí nadando, pasó el tiempo y no supe más de ellos.
Meses después, me los volví a encontrar en la fiesta de la primavera. Ella iba con leotardos de corazones y flores, y él con blusa hawaiana fosforescente. Me vieron desde lejos, ni se me ocurrió pensar que se podían acordar de mi, así que cuando ví que se me acercaban, con intención de hablarme, me sobresalté. Me dijeron que me conocían, que eran amigos de mi ex-novio, que sabían que él me había dedicado un libro, que se llamaba como yo, y que me describe.
-¿Y cómo dice que soy?- pregunté, más desconfiada que contenta.
-No dice cómo eres, sino cómo eres tú en su vida, cómo cambió desde que te cruzaste en su camino, que está loco, que tiene hábitos extraños desde que te fuiste.
-¿Hábitos extraños?.
-Sí, se acuesta con todo lo que se le cruce por medio, hombre o mujer. Que no ve diferencia entre su rutina y tus recuerdos. Que se cabrea con los pájaros que le despiertan por la mañana, y maldice la primera luz del día. Que le gusta sentir en la espalda el frío de la pared mientras duerme. Lo primero que hace cuando va a acostarse con alguien es lavarse los dientes, pero siempre cuando ya están desnudos. Las noches de invierno se va solo al cine porno, aunque no duerma casi. Y va a todos lados con los walkman puestos, escuchando siempre la misma canción.
-Esos hábitos los ha tenido siempre.
-Sí, supongo. -Se quedó pensando, sin saber qué más decir, pero dándole vueltas a algo. Mientras, la chica de los leotardos excéntricos seguía agarrada a su cuello.
-Mira, no sé qué me queréis decir con esto.
-¿Sabes cómo se llama el libro?. "Suicidarse de a poquito".
-Es mentira. Todo esto es mentira. Él murió (quizá podamos escoger nuestra derrota). De hecho no existe. Ni vosotros tampoco. Y lo único que se llama "suicidarse de a poquito" es este relato. Pero...¿qué lo diferencia de la realidad?...

7.1.06

Untitled

Aparecieron de repente en la oscuridad. No sabían cómo habían llegado, ni dónde estaban. Cuando los ojos se acostumbraron a la escasez de luz, se dieron cuenta de que estaban en una casa vieja, grande y sin muebles. Al principio se creyeron solos, pero escucharon ruidos y notaron que había alguien más. Un hombre y una mujer, sin cara, ni edad, ni voz, sólo unas sombras. Anduvieron perdidos, tocando las paredes y rozando el suelo para conocer el enemigo, la casa. Cuando se cansaron de rastrear, sin atreverse a hablar, se sentaron, uno de frente al otro, a esperar.
Pasaron las horas, el frío arreció, acurrucados y ya sin hambre, a ninguno le venía el sueño. Recordaban y añoraban su vida anterior. Imaginaban dónde estarían en ese momento sus seres queridos, maldecían el azar horrible que les había separado de sus destinos y, por generalización, a la persona que tenían al lado.
Llegó una silueta, la mujer empezó a sollozar, la nueva sombra la abrazó y empezaron a susurrarse al oído. Él supuso que era su marido. No lo aguantó. La odiaba. Se sentía más solo que nunca, aparte, sin sentido. Deseó que muriese, que desapareciese, mejor aún, que desapareciesen los dos.
Ella lo oyó, y le preguntó que porqué pensaba eso. No lo sé, simplemente te odio. Y sin decir nada, abrió la puerta y empujó a su marido. ¿Porqué has hecho eso?. No lo sé. ¿Me odias?. Sí.
Se sentaron juntos, de lado,sin mirarse. Se acomodaron lo mejor que pudieron a las horas y la escarcha y, de nuevo, esperaron.
Por primera vez en diez días durmieron. Se despertaron alegres, con la sonrisa iluminada y vergonzosamente felices. Soñaron lo mismo. ¿Sigues odiándome?. Más que al demonio. ¿Ni siquiera te caigo bien?. Simplemente me das igual, no te veo la cara, eres un fantasma que ha evitado que mi vida siga. Sólo son fantasmas tu pasado, yo estoy aqui, tócame. ¿Quieres que te toque?. No. ¿Entonces?. No lo sé, mi cuerpo tiene más voz que yo, últimamente, creo. ¿Quieres que te toque?. Sí.
Acarició su brazo, besó el cuello de la nuca al hombro, pálidamente, despacio, casi etéreo. Te odio. Única carne y sol que tengo. Te odio hasta las entrañas. Todo mi cuerpo se asquea de no verte, de ser lo único todo en la oscuridad. Muérete feliz lejos de mi angustia.
Cada uno en un extremo de la casa, arrinconados, alargaban la mano hacia el pasado, queriendo huir y esperando.
Soñaron que su vida anterior era imaginada, que nacieron en una casa oscura y vieja, al lado de otra persona. Soñaron que trabajaban, desayunaban, dormían, pensaban, sentían, opinaban. Soñaron que no estaban en una casa negra y derruída. Soñaron que nunca existió la luz. Soñaron que podían elegir el sueño, y que no estaban al lado de una sombra, sino de más.

4.1.06

Recuerdo

Me levanto temprano, moribundo.
Perezoso resucito, bienvenido al mundo.
Con noticias asesinas me tomo el desayuno.

Camino del trabajo, en el metro,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro ilumina el vagón.

Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes, otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.

No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.

Pero creo que eres tú y estás casi igual,
tan hermosa como entonces, quizás más.
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad.

Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores,
del interrogante en tu mirada.
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres,
jóvenes promesas, no, no teníamos nada.

Dejando en los portales los ecos de tus susurros,
buscando cualquier rincón sin luz.
"Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro",
y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú.

En las noches vacías en que regreso
solo y malherido, todavía me arrepiento
de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo.

A ahora que te encuentro, veo que aún arde
la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde
para nacer de nuevo, para amarte.

Debo decirte algo antes de que te bajes
de este sucio vagón y quede muerto,
mirarte a los ojos, y tal vez recordarte,
que antes de rendirnos fuimos eternos.

Me levanto decidido y me acerco a ti,
y algo en mi pecho se tensa, se rompe.
"¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?"
Y una sonrisa tímida responde:

"Perdone, pero creo que se ha equivocado".
"Disculpe, señorita, me recuerda tanto
a una mujer que conocí hace ya algunos años".

Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.