18.12.07

Había varios caminos a elegir. El primero llevaba directo a lo que buscaba, pero era el arriesgado, el que más peligros suponía. El segundo era lo que creía buscar, pero con unos efectos secundarios nada agradables, y todo con mucha incertidumbre. El tercero era el camino más allanado, no llevaba a ningún sitio, pero ya estaba hecho. Cogí el tercero. Porque soy escéptica, porque, total, al final todo da igual, para qué complicarse. Y en el tercer camino escribo poemas al segundo, y hago apología del primero. No nos engañemos, todos vivimos en el tercero, soñamos con el primero, y tanteamos el segundo que, cuando pasa el tiempo, nos damos cuenta de que es el mismo en el que andamos, y que sólo hay terceros caminos. Si pisas algún día el segundo, no digamos ya el primero, te creen loco y se sientes intimidados, ofendidos. A no ser que encuentres a alguien que ande en los otros, date cabezazos contra la pared, porque tendrás que resignarte a ser tercer camino.

3 comentarios:

Rodolfo N dijo...

Yo siempre pensé en los dos caminos: el primero, llano directo y en bajada, con el cual se llega rápido y sin esfuerzo al objetivo, pero se puede caer en el abismo también facilmente. El otro escarpado y sinuoso permite llegar al objetivo, con perseverancia, esfuerzo, respeto y tiempo. Es el camino ético que es posible transitar, y es el que, creo,transito.
El objetivo puede ser el amor, el exito, o simplemente vivir...
Besos

rubén dijo...

A veces llego a dudar de que realmente podamos elegir el camino, de que haya varios caminos. Tal vez simplemente las cosas suceden...

Joselu dijo...

En la elección de esos tres caminos está una cierta medida de las personas. Sin duda, he elegido el tercero. Para el primero hace falta mucho valor y mucho talento. Igual que para el segundo. El común de los mortales elige el tercero. Por ello existieron el Tercer Reich y el franquismo y la dictadura argentina. La gente nos acomodamos y somos miedosos.