Robert Walser estuvo toda una vida ocultando su angustia. Murió un día de navidad, mientras paseaba por la nieve, en los alrededores del manicomio donde vivía desde hacía más de 25 años. Dicen que estuvo tiempo tirado en la nieve sin morir. Dicen que, como era navidad y él sólo un demente paseando, se dieron cuenta de que faltaba cuando unos niños jugando vieron un bulto negro en la nieve blanca. Dicen que Kafka, ya muerto, quiso escribir una novela sobre un loco viejo que, paseando alrededor del manicomio, cayó a la nieve un día de navidad y nadie le echó de menos mientras él pensaba cómo morir...
Robert Walser no escribió nada desde que entró en la institución, excepto unas notas que llevaba siempre consigo en un maletín y cuyo objetivo era más geométrico que literario. Escribía a lápiz (le agobiaba "el peso" de la pluma) para hacer más fácil la difuminación de esos cuadrados o rectángulos de frases que, de vez en cuando, apuntaba:
"A veces me comporto de manera algo frívola, como ayer, cuando me presenté en la imponente mansión de una gran dama. La casa merece el título de hotel. Pregunté por la señora y, cuando la tuve enfrente, le pedí un mendrugo de pan. Estaba hambriento".
"Pero ¿acaso es sensato expresarse con claridad? ¡Oh, cómo me tortura el sol en su cénit! Ella lleva ahora un sombrero de paja y camina algo inclinada, con paso indeciso. La gente insegura puede desconcertar a la gente segura. Es decir, la gente segura convierte en segura a la gente insegura. ¿Tiene de veras el arte la misión de hacer flaquear con las flaquezas? ¡San Sebastián!".
"Al suave viento del Este, colgado de la robusta rama de un roble, un gran duque que se había ahorcado agitaba los pies luchando por abandonar el reino de la absoluta certidumbre. Los idealistas descansaban tiesos en sus tumbas, implacable realidad. Qué cruel y afilada es mi pluma".
En Jacob Von Gunten un chico aparentemente feliz y adaptable que vive en un instituto para futuros mayordomos, no deja de darse cuenta del fondo de miseria que le espera. Es un pesimismo a priori (realmente a posteriori, lo escribe años después de los hechos que cuenta), un aviso para navegantes, para él mismo como navegante joven e inexperto, de lo que le queda por ver y lo que puede esperar. Y una nostalgia también a priori. Ya echa de menos y adora como sólo se adora lo que ya se ha perdido, el mundo en el que está, como si supiese de antemano que sería el último en darle alegrías y tranquilidad. Es una sensación rara. Un chico fuerte, feliz y optimista que narra casi despreocupadamente sus pocos quehaceres diarios en un instituto en el que sólo se enseña a obedecer, tener paciencia y servir. Pero el trasfondo es de una lucidez inmensa y trágica que nos susurra al oído que todo eso se acabará, que después no vendrá nada bueno y que, por muy mediocre que sea lo que enseñan en ese centro casi familiar, será lo mejor que le pueda pasar a un chico como él. Y él lo sabe.
"Quien está en el error tiene el suficiente descaro para exhortar a la paciencia al que está en lo cierto. Tener razón vuelve fogosa a la gente, mientras que no tenerla invita a mostrar siempre una placidez orgullosa y frívola. Quien practica apasionadamente el bien sucumbe siempre a aquel cuyo corazón permanece indiferente ante lo bueno y útil"
"Los tontos como él están hechos para llegar lejos, para escalar, vivir bien y mandar, mientras quienes, como yo, son en cierto sentido inteligentes, han de tolerar que sus propios talentos florezcan y se marchiten al servicio de otros. Yo, yo seré algo muy humilde y pequeño. La intuición que me lo dice tiene valor de hecho consumado e intangible"
"Sobre todo, jamás te sientas marginado. La marginación, hermano, no existe, ya que en este mundo tal vez no haya nada, absolutamente nada digno de desearse. Y, no obstante, has de tener aspiraciones, y hasta diría que apasionadamente. Aunque para no consumirte de deseos, métete esto en la cabeza: no existe nada, nada a lo cual valga la pena aspirar. Todo está podrido. ¿Entiendes esto? Como ves, aún espero que no puedas entenderlo del todo. Me preocupa."
"Se aburren quienes se pasan la vida esperando que algo les estimule desde fuera. Donde hay mal humor y nostalgia, hay aburrimiento."
"Si los pensadores supieran cuántas cosas echan a perder. El que evita pensar por principio está haciendo algo, y esto es mucho más necesario. Hay en el mundo decenas de miles de cabezas que realizan trabajos superfluos. Está claro, claro como la luz del sol. La humanidad pierde las ganas de vivir entre tanta ciencia, discusión y clasificación. Cuando un alumno del instituto, por ejemplo, no sabe que es juicioso, lo es. Y si en cambio lo sabe, perderá toda su gracia y buen juicio. Me encanta bajar corriendo las escaleras. ¡Qué verborrea!"
"Quien se autovalora en exceso nunca está a salvo de desalientos y degradaciones, pues el hombre consciente de sí mismo tropieza siempre con algo hostil a su conciencia."
5 comentarios:
Qué terrible muerte la de Walser...
¿Tienes este libro?
http://www.elmundo.es/elmundo/2005/12/26/escorpion/1135585719.html
Hola Simalme
Al amanecer, antes de salir de casa, leo un cuento. Luego, dentro de una botella bien tapada lo lanzo al mar y así dejo un rastro para poder regresar. Preparo entonces un morralito y me voy de paseo por la red en busca de contadores de cuentos, letras nuevas, fabuladores, nuevos amigos, para aprender y compartir.
Esta semana la estoy dedicando a leer escritoras contadoras de cuentos y me he encontrado cosas maravillosas que deseo compartir.
Te invito para que pases por mi Casa, espero que lo que estoy leyendo te guste tanto como a mí.
Saludos desde Mérida-Venezuela.
Jabier.
Muy bueno tú blog. Muy buena esta entrada. Volveré.
Saludos.
Que buena lectura...
"si los pensadores supieran cuantas cosas echan a perder.."
Dice una canción por aquí "volver a la naturaleza sería mi mayor riqueza..."
Un cariño,amiga, como siempre
Conozco a más chicas que no soportan las tiendas de ropa, pero la mayor parte de las veces es mentira, jeje. O bien se debe a que han trabajado allí...
En fin, me alegra que seas una rara avis. :-)
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