Cuenta la historia que hace años estaban dos amigos en un bosque a la hora en la que los gorriones empiezan a buscar donde reposar sus plumas en el frio de la noche. Uno de ellos era alto y delgado, de hombros anchos. El otro, más bajito y fuerte, era de cara aniñada. Éste decía:
- No me quería. Nunca me quiso. Hubiera preferido estar con alguien a quien no amase, pero que se hubiera preocupado por mi, y no me hubiese tratado como escoria. Ahora me siento el último ser del mundo, inútil, destrozado.
- Hay personas que no saben amar, porque siempre se querrán a ellos más que a nadie. Sus relaciones son un mero pretexto para demostrar que son superiores, que dominan a alguien. Pero a mi me dan pena. Es peor que nada esté dentro de tus expectativas, que siempre exijas más, y sentir que te falta algo, que ser abandonado. El abandonado ha sido feliz en los instantes en que el otro le ha correspondido, aunque sean flashes nada más. Pero el otro...el otro siempre será infeliz. Después de todo, agradecemos que nos abandonen...Es la mejor manera de darnos cuenta de todo lo que hemos amado.
- Pues yo no me alegro de de que me hayan dejado. Me duele...algo...físico. Nunca había sentido tal dolor, tal desesperanza.
- Sí, pero...si pudieras, ¿cambiarías el haberla conocido?.
- Sí...bueno...la verdad es que no. Y tú, ¿has tenido experiencias de este tipo?.
- De todos lo tipos. No quise andar sin antes conocer todos los caminos. Me encontré sólo, pobre y confundido.
- Pero habrás aprendido mucho.
- Sólo una cosa. Que sigo buscando... Que buscar no es un medio, sino un fin. Da igual los caminos que conozcas o hayas dejado atrás. Seguirás sin encontrarlo.
El amigo con cara de niño sonrió melancólicamente, pero esperanzado, observó una piedra que había a sus pies, la pateó, y juntos se fueron hacia el río. Se montaron en una barquichuela vieja, cogieron los remos, dejaron sus petates en la orilla y, uno enfrente de otro, fueron haciéndose más y más pequeños, hasta que se confundieron en el horizonte.
Ocurrencias
-
—La casa se hace más grande y más cuando se vacía de personas y, entonces,
es cuando surgen las elucubraciones.
—Estando solita en casa una tarde, cogí ...
Hace 8 horas
13 comentarios:
...El egoísmo siempre representa un obstáculo para continuar por cualquiera que sea el camino...
SALUDANDO: LeeTamargo.-
Que precioso, nunca como hoy , creeme, necesite leer algo como lo escribiste..., que claridad para decir lo justo!
Gracias
Dices que la busqueda es un fin, no un medio...
Pues si que estamos apanyados como tengas razón! :P
Yo no quiero pasarme toda la vida buscando, quiero encontrar...
besos simalme,
de un admirador no secreto,
Katsumoto
Lee, el mirarse sólo a uno mismo no deja tiempo para ver nada más, es verdad.
Gracias, Rodolfo, y no sabes tú cómo me alegra oirlo.
Katsu, el fin es el cómo se hacen las cosas más que qué se hace. Y si la búsqueda se hace bien, te puede hacer feliz. Además, ¿quién no ha dicho alguna vez que dejaremos de buscar?...Besos, Katsu, te leo. Y gracias.
Una cita que puede ayudar a enfocar de otra manera el asunto: Yo no busco, encuentro (Pablo Picasso). Un cordial saludo.
Joselu, y quien busca halla. Gracias por estar y dar tus opiniones. Aunque no pueda dedicarle mucho tiempo a esto, os sigo y os leo a todos. Milezz, me alegro de leerte, das la chispa que le falta a este blog tan soso, jeje.
Se sufre cuando se busca, y se sufre cuando se encuentra (por no poder seguir buscando); se sufre cuando se ama, y por supuesto se sufre por quien nos ama. Parece que no sufre el que no ama, pero es el que a la postre, más sufre. Lo único que queda para no sufrir es aprender a amar al máximo, sólo que es muy difícil hacerlo (Yo todavía no sé cómo).
Se sufre cuando se busca, y se sufre cuando se encuentra (por no poder seguir buscando); se sufre cuando se ama, y por supuesto se sufre por quien nos ama. Parece que no sufre el que no ama, pero es el que a la postre, más sufre. Lo único que queda para no sufrir es aprender a amar al máximo, sólo que es muy difícil hacerlo (Yo todavía no sé cómo).
"Después de todo, agradecemos que nos abandonen...Es la mejor manera de darnos cuenta de todo lo que hemos amado".
Pues ojalá yo puedo decir eso. Se ama, y la otra persona me quiere, sólo como un amigo. Qué pena.
Ojalá pueda amarle sin pretender otra cosa que eso, que amarle.
Suena quizá tonto o abstrato, pero quiero intentarlo.
Me gusta tu blog. Me daré mis vueltas por aquí.
Bato, estoy completamente de acuerdo contigo. Excepto en una cosa, creo que siempre se sufre. Es tan inevitable como la muerte.
Serch, si se ama, se exige, porque nos importa. Pero si pasado el tiempo sigue todo igual, uno a todo se acostumbra, hasta al sufrimiento, creo.
Eso sí.
Aunque. Bueno, yo tengo un amor que no sólo desea el bien del otro sino desea su cuerpo, la unión corporal. Pero se que no será posible, al menos en los términos que se desarían.
Entonces, ¿tendré que amar sin pretender ese acercamiento corporal, erótico? Se que se puede amar de otra manera, pero no se si puedo acostumbrarme a tenerle cerca y no poder fundirme en una sola carne, al menos, por un momento.
Porqué ya no escribes?
Tienes razón, Serch, pero ten en cuenta que la primera causa de infelicidad en el mundo es desear lo imposible.
Pues...no lo sé, la verdad. Yo misma me aburro al leerme...Espera que lo intente, Katsu. Gracias
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