Marcos parecía una hombre normal. Pero no. Estaba enfermo. Siempre se sentía solo. Como mucho le quedaba tiempo para distraerse. Se imaginaba flotando por encima de la gente, lejos, muy lejos de todos. Como si estuviese viendo una película. Nunca había estado con nadie, ni conocía el amor. Tampoco le interesaba. Sólo era feliz haciendo lo que más le gustaba, pintando. Hacía tiempo que dejó de pedir alguna persona que le amase, primero, y más tarde que le hiciese compañía. Ahora sólo deseaba que le dejasen tranquilo, y que no le metiesen en problemas. Envidiaba a todo el mundo, todos parecían tan felices, tan naturales, viviendo. Nunca nadie le había considerado importante, había crecido con la idea de que era secundario. Y lo peor de todo era que así parecía ser. Pensando en cómo podía cambiar esto un día decidió ir al psicólogo. Le contó todo, cómo se sentía, qué hacía, durante varias sesiones. Después de las cuales, con una sola frase le dijeron el diagnóstico y tratamiento. Tienes el síndrome del alienado. Si ves el mundo distante, acércalo.
Propiedad temporal
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Somos inquilinos efímeros del mundo, pero actuamos como si fuésemos
propietarios eternos. Nos comportamos como dueños de la tierra, cuando
apenas la rozam...
Hace 1 día












1 comentario:
Supongo que le habràn dicho tambièn no te olvides de tu estado: libertad
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