2.3.07

Terapia

Un cronopio se recibe de médico y abre un consultorio en la calle Santiago del Estero. En seguida viene un enfermo y le cuenta cómo hay cosas que le duelen y cómo de noche no duerme y de día no come.

-Compre un gran ramo de rosas- dice el cronopio.

El enfermo se retira sorprendido, pero compra el ramo y se cura instantáneamente. Lleno de gratitud acude al cronopio, y además de pagarle le obsequia, fino testimonio, un hermoso ramo de rosas. Apenas se ha ido el cronopio cae enfermo, le duele por todos lados, de noche no duerme y de día no come.


Julio Cortázar

5 comentarios:

Rodolfo N dijo...

Realmente agradable leer esta creación fantástica de Cortázar.Y pensar que el primer cronopio fue Louis Armstrong...

ignatiusmismo dijo...

Pásate a verme Sim, y te regalaré una rosa... espero que te guste.

Joselu dijo...

Las rosas son un lenguaje de doble dirección. Me gusta el misterio y la sugerencia de este microrrelato. En tiempos me consideré un cronopio, ahora no sé. Simalme, he abierto un blog radicalmente íntimo en http://desolacioninterior.blogspot.com. Aborda una temática experimental que no sé adónde me llevará. Dudo que te interese, pero allí soy Jonás. Un cordial saludo.

peyote dijo...

ese tipo de terapia es la mejor que uno puede usar en todo caso.


saludos fue agrdable pasar por estos lados.

Cervecerix dijo...

A mi me regalaron también un ramo de rosas y otro 'fino testimonio' y el resultado fue parecido: de día no duermo y de noche no como :-)