26.8.08

Serendipias

Era un sábado venido de las estepas, y fuimos a parar a la montaña. Qué frío hacía en pleno verano, y nosotros con menos ropa que un caracol. Como pude me hice paso, con toda la cara y los codos, y me planté en primera fila. No tuve que esperar mucho. A los 10 minutos de miradas de cabreo de mis compañeras de fila, ahí estaba. Chiquito, con más pelo que carnes, poquita cosa que meneaba los brazos en plan aeróbic, esperaba en la escalera mientras hablaba con dos guardas jurado y alguno de su grupo. Iba todo de negro y de vez en cuando resoplaba nervioso. Llamaba la atención sus brazos, yo creo que más anchos que las piernas, y con unos tatuajes. Se revolvió el pelo (aún más si cabe) y subió al escenario. Qué voy a decir del concierto. Era una noche de eclipse. Él mismo señaló la luna y dedicó esa noche a Elvis. Efemérides de su muerte, en una noche de verano con eclipse de luna, y el mismo año que yo nací.
Un amigo vino de Harvard y con acento de decir "I mean", repetía "quiero decir". La primera frase larga que soltó en español después de casi olvidarlo fue "He estado en Walden". Esa misma noche escucho de boca de Auster (en su trilogía de Nueva York) que Henry David Thoureau aconsejaba leer al ritmo que se escribe cada cosa. El "Walden" lo debió escribir muy, muy lento.
"Wilbur se quiere suicidar" pero no puede. Se tira al mar y resulta que el agua le llega por la rodilla. Pone el gas del horno y se le estropea. Su psicóloga se enamora de él y le dice que vaya a vivir con ella, así estará pendiente de que no haga más intentos, entre balbuceos de emoción y vergüenza contenida. A lo que él le contesta: "tú estás chalada".

2 comentarios:

Fernando García-Lima dijo...

Buah, vaya recuerdos con esta canción... Taaaantas veces en directo. Qué grande, Andrés!

Besos

Joselu dijo...

Un placer reencontrarte en esta noche todavía de verano.