2.2.06

Serenata


Trabajo en el centro de mi ciudad, en una de las calles con más vida de España. A todas horas suena la música. Personas de todos los tipos intentan ganarse un dinerillo tocando algún instrumento. Creo que la canción que más suena, con eso de que Sevilla es una ciudad cálida y con buen tiempo casi todo el año, es "la Primavera", de Vivaldi, especialmente, como no, en esa estación. También hay un cuarteto de cuerda (dos violines, una viola y un chelo) de argentinos que nunca repiten tango, ayer era el tiempo de "Cambalache". "Que el mundo fue y será una porqueria,ya lo sé...".
Al lado exacto de la puerta de mi trabajo se encuentra un anciano tocando el violín, como un genio. Cada vez que lo escucho, que son unas cuatro veces al día, me evado, me pongo a flotar y me dejo llevar por sus notas, maravillosas, emotivas. No habría dinero suficiente para pagarle... Anteayer salió de su violín el tema principal de "El Padrino". Preciosa donde las haya. Pero ayer...ayer me llegó al alma. Acariciaba las notas de "Ständchen", como si nunca antes se hubiese tocado, como si le fuese la vida en ello. Algo debía tener roto que unía con esos sentimientos con que recreaba la obra.
Dentro de mi música favorita se encuentran los lieder de Schubert, canciones populares alemanas. Hay un ciclo especialmente sublime, bueno, dos.
"El viaje de invierno" relata en una serie de cancioncillas el viaje de un joven que sabe que sus días están por terminar, y que la vida es fría y costosa como andar por la nieve. Dentro de este ciclo hay un intervalo optimista entre temas pesimistas y trágicos, "El Tilo". Esta canción trata de la esperanza que nace en nuestro protagonista cuando, solo y en medio de la nieve, ve una ramita de un tilo en flor, en plena helada.
Otro ciclo especial es "El canto del cisne". Como sabréis, esta frase se refiere a la melodía triste que producen los cisnes cuando saben que su fin está próximo. Dicen que es de los sonidos más bellos que se pueden escuchar. Schubert, para no ser menos, crea un grupo de canciones como su particular tributo a este mágico preludio. También está "Sylvia", con letra de un poema de Shakespeare de "Los dos hidalgos de Verona", y "Ständchen", (Serenata) la que, como ya he comentado, es hermosa como pocas cosas, el verdadero canto del cisne de Schubert, sólo tenéis que escucharla...

6 comentarios:

Joselu dijo...

¡Qué portento Sevilla! En primavera, en otoño, en invierno, en verano... Estuve varios años visitando Sevilla cada vez que tenía ocasión. Sólo una vez fui con auténticos sevillanos que me hicieron un recorrido espléndido por bares y plazas. Las otras veces -solo o acompañado- me dejaba perder por sus calles y sus lugares infinitos de tapas. Oí a músicos interpretando por las calles. Sus melodías se me unían a la ciudad, igual que el sonido de los tambores de la Semana Santa. Me apunto la serenata de Shubert. La escucharé y recordaré ese post que me ha recordado a Sevilla.

Rodolfo N dijo...

SM.:Que oportuno que hablas de tu Sevilla, la de la Giralda, la Catedral, La torre de Oro, el barrio de Nervión, el río Guadalquivir, y encima música bella.Además un tango.Que mas quieres? Un amigo estuvo por tus tierras Sevillanas, y vino encandilado.Un beso

Anónimo dijo...

La música es un sentimiento que siempre nos traspasa.

Anónimo dijo...

...¡Qué suerte, rodeada de tanta música a tu alrededor! Pero más suerte es poder disfrutarla desde tu sitio de trabajo... ME ALEGRO:
LeeTamargo.-

simalme dijo...

Gracias, Joselu, un verdadero honor que relaciones esa maravillosa obra con algo mío.
Rodolfo, sí es preciosa Sevilla, sí. Es una alegría trabajar en un sitio así.
Fmop, es verdad, casi somos música.
Lee, sí es una suerte, lo malo es que dentro de un trabajo sólo se vea trabajo.

Anónimo dijo...

Pues yo trabajo cerquita de ti...
Besos, sevillana :)