28.9.07

Soledad

Se acabó la historia. No sé si alegrarme, supongo que debería. Pero tengo una pena, un nudo...

Una noche a las 4 de la mañana sonó el teléfono. Todos asustados nos despertamos creyendo que alguien se había puesto malo o algo así. Lo cogió mi madre y se puso hablar. No, creo que se ha equivocado....sí.....no......uy, más......sí...... Pasaba el tiempo y seguía hablando, así que, aburrida, me fui a dormir. A la mañana siguiente dijo que era un señor muy educado, argentino, pidiendo perdón por llamar a esas horas, pero sin parar de conversar, que tardó media hora en colgar.
Al día siguiente volvió a llamar. Eran las 11 de la noche. Yo llegaba de la calle y estaba mi hermana hablando por teléfono. Le hice un gesto como diciendo, quién es, y me acercó el auricular. Escuché una voz argentina diciendo: "no te puedes enserraaaaaaaar". Me extrañó que con ese acento argentino dijese "puedes" y no "podés". Lo mismo de ayer, me quedé escuchando un rato, pero al cuarto de hora, viendo que no paraban me fui. La mañana siguiente me contó mi hermana que no era de Argentina, sino de Sevilla capital, un barrio obrero. Tenía cerca de setenta años y hacía 25 que se había separado. Estaba completamente solo. Él decía que llamaba para ayudar a los demás, a que hubiese menos soledad y más amistad. Mi hermana le dijo que entonces porqué no se apuntaba de voluntario en ONG´s o con gente que de verdad lo necesitase, y él respondía que todo el mundo lo necesitaba y quería aportar su grano de arena para que hubiese más fraternidad entre todos...
Siguió llamando unos días. Incluso quedó con mi hermana para llamarla a unas horas y días determinados, cosa a la que no se atrevía a decir ella que no. Hasta que lo cogió mi padre. No sé qué hablarían, pero fue medio minuto. Ya no ha vuelto a llamar...

5 comentarios:

Rodolfo N dijo...

El era el que buscaba compañía, no?
Que historia...
Todo vale para superara la angustia de la soledad...creo
Besos

Anónimo dijo...

Madre mía la de moscones que hay por el mundo.

pcbcarp dijo...

Yo hace tiempo que decidí dejar de ser una especie de Boddishatva y limitar mis desvelos a un círculo reducido. Cada vez más reducido. Salud.

Carlos Barrios dijo...

Jajajaj. La próxima vez pregúntale a tu padre... :-)

kite dijo...

Asi intento medir yo la soledad:

Està ahì, siempre estuvo. Acechando con la intenciòn enfermiza de apoderarse completamente del ser. Sabiendo que forma parte de ti, aunque te haga creer que puedes vivir sin ella, que existe si tu quieres que exista, en la medida que tu deseas.

El alma entra en contradicciòn, se nutre de ella y la necesita, a la vez que la niega con autosuficiencia. Nunca hace reproches por esa negaciòn y constante duda sobre su existencia. Sonrìe con ironìa por saberse ganadora de este juego.

Soy constante, se dice a si misma, contundente en el momento preciso, eficiente en todo proceso de evoluciòn personal. Invisible pero presente en cada una de las manifestaciones de ternura, solidaridad, amistad y amor. Visible e implacablemente presente en cada decepciòn, traiciòn y manifestaciòn de egoìsmo.

Es verdadera y no se deja medir.

Un besito