22.1.09

El azar y la muerte

Todos decimos que no nos creemos que las casualidades signifiquen algo (estamos en el siglo XXI), pero siempre nos da qué pensar. Cierto que nunca pasarán las cadenas infinitas de azar que se dan en un libro de Auster, por ejemplo. Es precisamente esto lo que hace que no me acabe de gustar su obra (entre otras cosas). En la vida se dan casualidades, sí, pero tiene que pararse alguna vez la cadena para que nos haga pensar. Si no, hasta el azar se hace hábito. Uno se mosquea si pasa una, dos, tres casualidades, pero cuando empezamos a ponernos nerviosos es cuando acaban (¿habrá significado algo, si nohago caso me perderé algo...?). Aún así, ¿cuántas veces se han repetido ciertas casualidades en relación a una persona, por ejemplo, que cuando la conocemos es un fraude?. Buscamos y esperamos el azar, las señales, que algo sea más que la suma calculada de un mecaniscismo acción-reacción, voluntad, racionalidad... En nuestro fondo más atávico guardamos rinconcitos para las ideas desechadas por la cabeza cultural y fría. Podemos ser especiales, o serlo para alguien, o ser testigos de algo extraordinario...aunque nos digamos que son simples coincidencias o incluso la experiencia nos demuestre que no es más que eso. Pero no deja de entrarnos por ello un no sé qué por el cuerpo cuando atamos cabos que están en mundos distintos y parece, por una vez, que la vida nos mira a los ojos, se ocupa en particular de nosotros y nos habla de tú a tú, como si no nos esperase sólo una insulsa muerte.

6 comentarios:

Joselu dijo...

¿Encontraría a la Maga? ...

Anónimo dijo...

nu me entero, ¿te has encontrado de casualidad con un príncipe azul que te saque de tu sosa vida?

Rodolfo N dijo...

Casualmente, se me borró por un error de duplica el comentario...
Vuelvo a intentarlo:
Atribuir hechos que nos suceden o situaciones inexplicables, a la casualidad,y es precisamente eso: No sabemos como explicarlos, y nos amparamos en este concepto.
Nada ocurre por azar en la vida. A veces usamos este concepto para negar la realidad.Nuestro pobre razonamiento no puede explicarlo todo...creo.
Besos y buen fin de semana, amiga.

Fernando García-Lima dijo...

A mí me va mucho la causa y el efecto. ¿Las casualidades existen? ¿Jugamos al parchís o al ajedrez?

simalme dijo...

Siempre al ajedrez,Fer

Johnny Drama dijo...

me asalta a veces esta idea...no, es un decir..compulsivamente mas bien, sin resistencia me abandono a esta obsesion y la alimento aca escribiendo en su post: Vivimos la limitada capacidad que el azar nos otorga. oponemos a la muerte, que lo consume todo indiferente de los transitos humanos,sangre y huesos y palabras y palabras, pero terminamos acudiendo a ella como figuras en una danza sincronica. Abrazamos la expectativa, esa odiada y adorada narcisista desconsiderada, sabiendo que tiene que ser alimentada, consentida y cultivada, en lugar de entregarnos a los sueños que suceden o no, que viven, se agotan y se borran y nunca te dejan sin piso como una expectativa, que se te encona y duele a cada paso como una uña encarnada.
en mi caso es La duda lo que perturba maliciosamente mis huesos, La incertidumbre cínica es lo unico que los mantiene vestidos de carne...quiero ser "testigo de algo" que en algun momento y lugar revelare...la vida mas que mirarme a los ojos y hablarme se ha revelado ante mi abalanzandose y dandome un mazazo en la cabeza.lo he encontrado muy divertido.