Comencé mi viaje en el instante en que la ví, en un cabaret de Nueva York. Bailaba con una minifalda de flecos y descaro en sus ojos. Me acerqué, se acercó y nuestros caminos se unieron en una cama de 80 y sábanas roídas. Nunca hasta entonces el silencio fue menos silencio. En una agonía por ver cómo pasaban los segundos, por retenerlos como un deja vú en el reloj de insomnios, veía terminar días y días sin pensar. Hasta que llegó el principio del fin, en un segundo de muchos meses. Se tuvo que ir, ave de paso que era, fue de todos menos mía. Me voy, pero me quedo contigo. Se quedó conmigo, pero yo no me quedé en ella. Se fue de Nueva York camino a mi memoria, y yo me quedé en el olvido, en un rincón oscuro y oculto de París. Transcurrieron todos los minutos muertos que caben en veinte años, pero veinte años sí son algo, por muy febril que esté la mirada y por muy marchita que se encuentre la frente. Veinte años de incubar el retorno, el reencuentro, con sus mil caras posibles. Y un día, sin más, fui a verla, a traerla de nuevo a donde habita. ¿Qué haces aqui, Ferdinand?. Quería saber cómo estabas. Bien, estoy bien, no has cambiado. Tú tampoco, Elizabeth. Tengo que irme, ¿querías algo?. ¿Te vas ya?, ¿no me dejas un rato después de tantos años?. Ferdinand, hay mucha gente que no veo en años, es lo normal. ¿Lo normal?...¿Y nos volveremos a ver?. Claro, claro, algún día, ya te iré a ver. Puedo venir la semana que viene, ¿qué te parece?. No, imposible, el trabajo, ya te iré a ver yo. Elizabeth, no tienes mi dirección. !Es verdad¡, qué cabeza, apúntamela. No, déjalo...Déjalo, que seas feliz, Elizabeth. Y me fui, con la esperanza de que viniese detrás de mis pasos, de que se tirase en mis brazos arrepentida, de que espiase cómo me iba...Pero cuando salí del cabaret la vi por una ventana, riñendo a su criada. Quizá porque había dejado pasar a demasiada gente esa mañana.
5 comentarios:
Hola , que tal.
He leido tu blog y me gusta tu estilo escribiendo , muy profundo y melancolico a mi parecer.
Me pasare mas veces para ver que hay de nuevo.
ciaoooo!!!
..pasaba...y lei...y me quede leyendo..y me quede leyendo... y esoy leyendo :D saludos
Terrible en reencuentro. El tiempo todo lo deshace. Ya no eran los mismos. Nostalgia y melancolía como fondo. Está bien. Imagino que te has inspirado en el libro de Celine. Me gustan tus relatos.
Gracias por visitarme, Juglar. Cuando quieras.
Lee Yorch, yo también te leo.
Muchas gracias, Joselu. Me he inspirado en lo que realmente le ocurrió al escritor, y el título como el de su novela, sí.
Que bueno...si no llegas a aclarar que es tuyo me habría creído que era de el propio Celine..."cala tanto"
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