Chicho Terremoto es un niño bajito, gordo y travieso. No para de moverse y habla chillando. Su clase se ríe de él porque quiere jugar al baloncesto con su metro veinte, pero a él le da igual, sólo busca las bragas blancas de su amada Rosita. Se arrastra por los suelos disimulando que se le cayó el lápiz, o hace que se ata los cordones para descubrir los trazos blancos entre la tela de la falda de colegiala. Cuando Rosita se da cuenta estalla en ira, se le hinchan los carrillos, se pone roja y grita: "Chichoooooooo".
Pero los años pasan (por lo menos en el sueño del nene). Rosita tiene cintura de avispa y Chicho se ha convertido en un morenazo con grandes ojos negros de blusa y corbata. Pero no para todo pasa el tiempo. A su manera, el niño ya hombre sigue buscando desde el vértigo de su adultez las bragas de niña de Rosita, no le valen los tangas morados de ahora.
2.9.05
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4 comentarios:
Joer, que había sido un terremoto ese Chicho.
Sí, jajaja. Son unos dijujos animados japoneses. Como ves yo también me pregunto si no es un afano, un choreo.
Ya no quedan héroes como Chicho. Ese tapón, ese tiro del gato, ese babear por unas bragas. El, probablemente, te respondería a la pregunta del post de manera evidente. El sexo nunca puede ser gratis. Es mas, dudo que en su utopía amorosa exista el sexo. Porque en el fondo de todo, aun ya adulto y a su manera, cree que la busqueda de las bragas de Rosita son la llave del amor que le ha profesado tanto tiempo. Como que los tangas, ciertamente, no le valen.
Te lo digo yo, que tengo vértigo.
Lobo estepario de doble vida. Por el día perdiste a Armanda y por las noches a Rosita. Bueno, me olvido de Amedio...Peter Pan con cara de cansancio ,un buscar de antemano lo que sabes que no se encuentra, se crea.
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