Aquí estoy. Sin ganas de escribir, pero con la necesidad de decir algo. ¿El qué?. No lo sé. El folio está en blanco y se me dibujan imágenes, todas parecidas. Tendré poca imaginación. Intento escapar de las ideas de siempre, pero vuelvo a caer en mis propios tópicos.
Ayer hubo susto. Cuando alguien se pone enfermo en Navidades es como más desgracia aún. Y esta noche, además, comeré las uvas en el hospital esperando la llegada de mi sobrino. Si es que las como. Aunque me da igual, no me gustan las uvas.
A veces parece que todo sale al revés. Debería haberlo conseguido antes de que naciese, pero no. El crío se adelantó, y yo me atrasé.
Qué indiferente, qué frío y pesimista suena todo esto. No me gusta. Pero no puedo evitarlo, como dice Valmont, no puedo evitarlo. Me gustaría escribir algo con humor, optimista...No puedo...Siempre es alegre la venida al mundo de un niño...Pero va a traer problemas este bebé, y no puedo olvidarme de eso.
Una vez me dijeron que no se le podía pedir tanto a la vida, que entonces todo se vuelve frustración. Desde entonces pienso que mis desilusiones son fruto de las enormes esperanzas que tengo en la vida, en la humanidad. Hasta que llega el palo, la derrota, el cabreo, la tristeza y de nuevo las esperanzas, la ilusión...Hasta la siguiente caída. Así que, si a alguien le importa, no os pongáis tristes porque yo lo esté. Simplemente vedlo como mi continua cadena de deseos e impotencias, de ilusiones y decepciones. Como el ciclo de la vida (ahora me parezco al rey león), nacimiento y muerte. Cuanto más "extremado" se es, sensible, apasionado, vitalista, o como se quiera llamar, vives todo más a fondo. Hasta el último detalle se te graba a fuego. Los sueños son mayores y más altos. Pero las caídas más profundas. A veces soy adoradora de mi imposible moderación. Otras veces se me dibuja como el sueño de la muerte en vida. Y para bien, o para mal, por lo menos por ahora, quiero sentirme viva. Aunque sea a base de golpes. Así que,en el nuevo año, abriré los brazos a los fracasos y los saludaré con un: "aquí estoy, todavía, viva".
Arranques
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En ocasiones, no nos vendría nada mal tener un arrebato de valentía y
lanzarnos con afecto hacia los demás.
Hace 23 horas