27.12.07

"Estas cosas habrían causado un efecto apenas perceptible a una damisela bien educada, con un cerebro perfectamente equilibrado y que hubiese gozado las ventajas de la fortuna, educación y sociedad. Pero de ser Maggie esta señorita, probablemente nadie hubiera sabido nunca nada de ella; su vida hubiese tenido tan pocas visicitudes que no merecería la pena de escribirse, pues las mujeres más felices, como las naciones más dichosas, no tienen historia"
George Eliot

26.12.07

En los peores momentos, la salida es la imaginación. De pequeña soñé que tenía una hermana pequeña, cada minuto vivía como si eso fuese real. Tenía hasta nombre y fecha de nacimiento. Suelo despertarme bastantes veces y recordar lo que sueño, siempre sueños positivos, demasiado, cuando me despierto y comparo me entran ganas de seguir durmiendo.

¿Dónde están las felicitaciones de las personas solas, y los regalos de los pobres?.

18.12.07

Había varios caminos a elegir. El primero llevaba directo a lo que buscaba, pero era el arriesgado, el que más peligros suponía. El segundo era lo que creía buscar, pero con unos efectos secundarios nada agradables, y todo con mucha incertidumbre. El tercero era el camino más allanado, no llevaba a ningún sitio, pero ya estaba hecho. Cogí el tercero. Porque soy escéptica, porque, total, al final todo da igual, para qué complicarse. Y en el tercer camino escribo poemas al segundo, y hago apología del primero. No nos engañemos, todos vivimos en el tercero, soñamos con el primero, y tanteamos el segundo que, cuando pasa el tiempo, nos damos cuenta de que es el mismo en el que andamos, y que sólo hay terceros caminos. Si pisas algún día el segundo, no digamos ya el primero, te creen loco y se sientes intimidados, ofendidos. A no ser que encuentres a alguien que ande en los otros, date cabezazos contra la pared, porque tendrás que resignarte a ser tercer camino.

13.12.07

Con la iglesia...¿nos hemos alegrado?






Mamma mía, por Dios, revolucionada me hallo... Esta mañana me he levantado con la noticia de que unos curas del Vaticano habían posado para un calendario. No me llamó demasiado la atención... hasta que los vi... Se me vinieron a la cabeza muchas cosas: La piel del tambor, el crimen del padre Amaro, Kassovitz y su Amén, Priest... Curitas cañones venidos del inconsciente más colectivo (ese al que motiva la prohibido) en forma de historias de ficción. De pronto, esta mañana, me levanté y la ficción se hizo realidad. Sacerdotes y seminaristas de una calidad estética más que interesante. Bienvenidos sean. Vivan las novedades, y que todos los días algo logre cambiarnos los esquemas (o lo que es mejor, hacerlos realidad). Aqui tenéis a mister (o padre, no sé cómo llamarlo) Enero, Abril y Agosto. Que aproveche.

El virus navideño del círculo en el Tetris

La tonta del pueblo manoseando una dentadura postiza que, al rato, mete en el bolso junto con las demás cosas, pañuelos, pintalabios, monedas...

La tonta del pueblo clavándome en el estómago el codo para ver por la ventanilla del autobús algo que le interesaba.

La "churra" discreta del Adán de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel.

Los centros comerciales abarrotados.
Un frío que impide ir por la noche a natación, por mucho que sea climatizada.
Y vacío, vacío de miedo por palabras cercanas, quimioterapia, menisco... Nervios de las cenas de Navidad, solos, siempre la misma comida, pero nervios, ansiedad, crisis, papel de consoladora oficial y de aguafiestas, por no saber callarme, también. Problemas, dónde está más tiempo, aquí o allí, siempre allí, no lo vemos, esto no me gusta, después de tanto esfuerzo... Y siempre menos felicitaciones de las que esperas, y empezar el nuevo año con la sensación de ser la gilipollas en la que nadie piensa y la que a todos recuerda. Un círculo en el Tetris. De pronto mi familia son desconocidos, mis amigos me hacen sentir más sola, y yo soy más yo que nunca, dándome cuenta de que quiero huir, volar, salir, cualquier sitio es bueno, menos este.

8.12.07

57

Hoy no tengo ganas de escribir. Me levanté tarde porque quería continuar un sueño. Me volví a dormir, pero ya estaba terminado. Y no tuve más remedio que, entre el frío y el edredón, escondida hasta las orejas, rememorarlo mientras me mentalizaba a levantarme de la cama. Ayer me acosté a las 4 de la noche, después de salir con los amigos de "sibariteo". Cogí el número 57 en un sorteo para una cesta de Navidad. Y nos regalaron unos polvorones en un pub irlandés que tenía puesta música española. En Enero iremos a una concentración gastronómica donde un amigo (que está escribiendo un libro sobre la represión en la época fascista y la transición) hará rabo de toro.
Lo cierto es que de pequeña no hubiera imaginado que mi vida a los 30 sería así. Y hoy no tengo ganas de escribir.

1.12.07

LIBROS QUE LEO

"Lolita. Luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta"

Él, cuando da vueltas, disimulando, sin hacer nada, para escuchar lo que ella dice. Sabe que le ve, que está pendiente de sus pasos, de sus bromas. Por eso acaba viniendo y la sonríe, con su risa de pícaro tímido, de niño hombre.

Él, cuando se pega por detrás a otra persona mientras ella está hablando. Y roza con los labios su pelo. Con un brazo le coje la cintura y con el otro se sujeta a la puerta. Sin mirarla. Mientras su cuerpo se mueve, oculto, regularmente.

Él, cuando la saluda, sin atreverse a mirarla, con la risa contenida de la felicidad, coge libros, ordena cuadernos, con una velocidad nerviosa y con el ritmo de los golpes.

Estudia y su cara es azul, brillante, concentrada. El pelo enmarañado, abundante, bajo la luz del flexo, descansa.

Venas tan grandes como brazos, manos largas y correosas, como todo su cuerpo. Cara ancha, varonil. Ya no es un chico, se afeita. Pero piel sedosa, todo está pulido, sin desgaste, todavía es un niño.

Y habla de las niñas como de los tótem indígenas, hay que adorarlos, pero están lejos, no hay que tocarlos, y sobre todo, no antes de saber unos secretos que todavía no tiene.

La descoloca cuando, en medio de una conversación salta con una reflexión propia de diez años por encima de su edad. Cuando habla grave, sereno, pausado, y mira de lado, controlando, observando, pudiendo. Y él se descoloca cuando ella, más experta, le toca en un alarde de cariño, o de espontaneidad, siempre inocente. O cuando le pregunta cosas que no se espera. Todo lo responde, se tienen confianza, son cómplices de algo que no conocen.

Todo su cuerpo habla de cosas que él no sabe, ni se imagina que ya es un hombre, confunde fotos de hace unos años con las de ahora, cuando ya no es el mismo. Y se extraña si ella le dice que ha cambiado mucho.

Le habla de sus motos, sus niñas, sus amigos, sus rebeldías, y ella se hace la ilusión de que quiere hacerla partícipe. Él comenta que está harto de las niñas, que las de su edad no valen la pena, y ella se muere de la esperanza de que sólo una más mayor lo valga.


"Mi niño. Amaría besarte como una madre, en esos labios respondones que tienes. Amo la luz de tus ojos tan esquiva, tu piel impoluta, tu cuerpo ignoto. Te daría lo que me pidieras, por perversión o por amor, da igual. Te traería la luna a tus pies para que supieras de una vez lo que es la vida, y el sol para que calentase tus miembros vírgenes y tus ansias febriles de madurez. Salta el muro invisible que nos queda por derribar y sortearé problemas y disgustos para darte en un beso el amor que nadie te brindará. Aproxímate a mi mundo desgastado, de ojeras y anticipos de muerte, conviértelo de nuevo en esperanza adolescente, en requiebros veraniegos y todo por ver. Te llevaré de la mano a conocer lo que quieras, te enseñaré lo que estoy cansada de mostrar para que, desde tus ojos nuevos, sea la primera vez que lo hago. Abrázame en tu pecho rígido y tierno, déjame cogerte a mechones, uno por uno, todo tu pelo y oler tu aroma fresco de travesura, acariciar tu piel infinita y transparente, despertarla por fin del sueño de la infancia, despertándose para mi, sólo para mi y, agradecida, recorreré cada escalofrío que te provoque con mis labios en toda tu extensión de ave primeriza que aprende a volar. Volarás, volarás lejos de mi, seré sólo un recuerdo, quizá un error, pero te queda todo por ver, te abro las puertas a algo que creerás magnífico y que, quizá, ojalá, sólo lo fue una vez. Y cuando te des cuenta me buscarás a través de años y distancias, y ya no podrás encontrarme, no debes, pero desde tu cama de adulto, con los mismos años que yo tengo ahora, me recordarás y te darás cuenta de que me amaste cuando, aún, no sabías qué era eso."


Robert James Waller