23.3.07

Autoccionario de palabras escogidas

Soledad: rutina

Rutina: unas horas que creemos minutos con la esperanza de que alguna vez sea la palabra de una pelicula de la infancia en la que dos patinadores se la deseaban como el mejor deseo (u otra cosa).


Patinaje: acción de resultado en hospitales con seguridad.


Hospital: Institución escabrosa en la que uno sabe cuando entra pero no cuando sale.


Corazón: Icono cuyo imaginario popular representa con forma de zapatilla de Aghata Ruiz de la Prada, y en realidad tiene forma de puño.


Puño: símbolo de la agresividad, como lo pueden ser Bush, Bin Laden, Franco, Stalin...


Trotski: El cerdito bueno de Rebelión en la granja.


Libro: ratito de reencuentro los minutos antes de dormir.


Vida: acción de respirar y sentir que llega el aire hasta el fondo de los pulmones.


Muerte: Mucha muerte hay en la vida, y ninguna vida en la muerte.


Sueño: Lo que hay detrás de un ronquido.


Sueño2: Con lo que uno se engaña todas las mañanas pensando que alguna vez conseguirá.


Engaño: el mal menor y necesario tal y como está el mundo.


Fin: ...


9.3.07

Cabreada

Mi jefa tiene cuatro meses de experiencia más que yo. Y cuatro años menos que mi otra compañera. Pero se tira al jefe. Supuestamente nadie lo sabe. Pero ayer ya me tocaban los huevos, dándoselas de desconocidos, formales, relaciónexclusivamenteprofesional y bla,bla. Así que me salió del alma decirle: cuando acabemos la reunión me la llevo de ligues. A lo que, más corto que perezoso me responde: Que os aproveche, con una cara como si le hubiesen pegado una patada en el estómago y se revolviese contra el culpable.

Desde aqui hago un llamamiento y advertencia. Querido jefe, si no te gustan mis comentarios noestrictamenteprofesionales ya puedes darme siquiera de alta en la seguridad social.

P.D: Por si alguien se lo pregunta, mi jefa es más fea que Picio, y tiene menos gracia que pegarle a un padre. He dicho.

2.3.07

Terapia

Un cronopio se recibe de médico y abre un consultorio en la calle Santiago del Estero. En seguida viene un enfermo y le cuenta cómo hay cosas que le duelen y cómo de noche no duerme y de día no come.

-Compre un gran ramo de rosas- dice el cronopio.

El enfermo se retira sorprendido, pero compra el ramo y se cura instantáneamente. Lleno de gratitud acude al cronopio, y además de pagarle le obsequia, fino testimonio, un hermoso ramo de rosas. Apenas se ha ido el cronopio cae enfermo, le duele por todos lados, de noche no duerme y de día no come.


Julio Cortázar