"Ser triste es no ser feliz, pero a veces estarlo. Ser triste es querer reír, y sonreír apenas.
O no, espera, ser triste es no acordarse de cómo suena la propia carcajada. Alegrarse el tiempo justo que se tarda en volver a tropezar con uno mismo. En una palabra, sobrevivirse. Cuando se es triste, ya pueden sobrarte motivos para dejar de serlo. Ya puedes estar con la mujer de tu vida, o con el hombre de la vida de otra. La alegría se tiene, en la tristeza se está. Al igual que ocurre con las ciudades, los países o los patios particulares, hay personas en las que siempre llueve.
A esa gente va dedicada esta línea. Y esta. Y esta. Y todas las que vendrán. Todas las que hagan falta para soplar las nubes de sus únicos días sí. Que son suyos, y de nadie más. Que nada ni nadie se los joda. Por favor."
Risto Mejide