31.12.08

FELIZ AÑO

Hago un esfuerzo y me levanto con mis 38 grados centígrados en la espalda, para desearos a todos los que estáis conmigo todo lo mejor para este año. A Rodolfo, Carlos, Joselu, Jorge, Rodrigo, Fran, Nacho, Jesús, Toupeiro, Alan, Fer y todos los que alguna vez me habéis leído. Gracias y muchas felicidades. Yo, para variar, seguiré por aqui.

AÑO NUEVO (Jorge Luis Borges):

Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil.

28.12.08

Regalo de Navidad


Por parte de madre tengo cuatro primos. Los mayores son más o menos de mi edad. Los he visto una vez en mi vida, que yo recuerde. Tendría 4 años y fuimos al campo a ver a mi abuelo. Sólo recuerdo que había bichos de alguna clase sueltos, no sé si ovejas o perros. Y que tenían una casita de perro donde me escondía como si fuese mía. Había también una piscina, más bien alberca. Y mi abuelastra me regaló una muñeca de estas que tocan diana con una trompetita y va vestida de militar. Desde entonces no los he visto. Sólo alguna llamada por navidad y poco más. Últimamente, sin embargo, será que nos vamos haciendo mayores, estamos más en contacto. Primero fue mi hermano a verles. Este verano fue toda la familia (menos yo) porque mi abuelo estaba hospitalizado. Me escribo por internet con mi prima y nos contamos cómo va todo y que hay que cuidar a nuestras madres, que bastante mal lo han pasado ya. Ella ha estado muy enferma, pero lo ha superado y ahora espera un niño. Yo no fui este verano pero en las fotos se les ve muy emocionados. No tenemos casi fotos de ellos. De bebés y muy pequeños, las únicas imágenes que se me venían a la mente cuando hablaba de ellos. Y de repente, en las fotos de este verano, verles mayores, a alguien que no conoces pero que comparte sangre y que incluso se parecen a ti más que el resto de tus primos. Los veía y me decía, sí, ahora sé de quién tengo así los ojos, o el pelo... Y, de pronto, hoy, mi prima me manda esta foto. Estamos en el campo de mi abuelo, ella y yo (la del pelo largo). Sería esa vez que recuerdo lejanamente. Al abrir el mail y reconocerme en una imagen en la que no me he visto jamás, de hace más de 25 años y con unos primos de los que sólo atesoro unas pocas fotos, se me erizó el pelo. De pronto, la prueba viviente de que hubo relación, de que somos la misma sangre, y que son algo más que dos retratitos de comunión.

Gracias, Sagra, y todo lo mejor.

27.12.08

Mañana de carnaval

A los estrellados les cuesta más enseñar el corazón que los genitales.



Azul, la mañana es azul
El sol si le llamo, vendrá
Se detendrá en mi voz
Y hasta la eternidad
En su camino irá
Hacia otro azul

Después, yo no sé si hay después
Si el sol volverá a despertar
¿Por qué la canción
No ha de ser verdad,
Por qué en carnaval?

Cantará el corazón
La razón de vivir
Cantará sin hablar ni sentir

Azul, la mañana es azul
El sol si le llamo, vendrá
Se detendrá en mi voz
Y hasta la eternidad
En su camino irá
Hacia otro azul

Después, yo no sé si hay después
Si el sol volverá a despertar
¿por qué la canción
No ha de ser verdad,
Por qué en carnaval?

Cantará el corazón
La razón de vivir
Cantará sin hablar ni sentir

24.12.08

You Can't Lose What You Ain't Never Had

Had a sweet little girl, I lose my baby, boy ain't that bad
Had a sweet little girl, I lose my baby, boy ain't that bad
You can't spend what you ain't got,
you can't lose some little girl you ain't never had

Had money in the bank, I got busted, people ain't that bad
Had money in the bank, I got busted, people ain't that bad
You can't spend what you ain't got,
you can't lose some little girl you ain't never had

Ain't that the truth boys

Had a sweet little home, it got burned down, people ain't that bad
My own fault, people ain't that bad
Well you know you can't spend what you ain't got,
you can't lose some blues you ain't never had

Have mercy!

Sweet little home, got burned down, people ain't that bad
Yeah you know I had a sweet little home, it got burned down, people ain't that bad
Whoa you know you can't spend what you ain't got,
you can't lose some little girl you ain't never had


Feliz noche¡

21.12.08

My friend

Moon River, wider than a mile,
I'm crossing you in style some day.
Oh, dream maker, you heart breaker,
wherever you're going I'm going your way.
Two drifters off to see the world.
There's such a lot of world to see.
We're after the same rainbow's end--
waiting 'round the bend,
my huckleberry friend,
Moon River and me.



Río de luna, más de una milla de ancho
Te voy a cruzar a la moda algún día,
Viejo creador de sueños,
Destrozador de corazones ...
Adondequiera que vayas,
Yo sigo tu camino.

Dos vagabundos, para ver el mundo
Hay tanto mundo para ver
Los dos buscamos el mismo arco iris
Que nos aguarda al final de la curva ...
Mi fiel amigo,
El río de luna y yo.

Dos vagabundos, para ver el mundo
Hay tanto mundo para ver
Los dos buscamos el mismo arco iris
Que nos aguarda al final de la curva ...
Mi fiel amigo,
El río de luna y yo.

20.12.08

La respuesta de un hemíptero

Al principio pensé que mis fatigas
se explicaban con el libro o la espada
con la máscara, el manto o el escudo

luego pensé (o tenía la esperanza)
que había respuestas para mis ansias
: me puse a expurgar voces ajenas
(supliqué la triste limosna
de las horas y los siglos)
e intenté convertirlos en rutina
: en ellos quise erigir mi pensamiento
: a cambio merecí el rechazo
y el polvo de la atroz confusión

cuando se reencuentren
la eternidad y el tiempo
: el vacío y su complemento
y cuando el vientre del mundo
nos dé a luz bajo tierra
al fin nos despojaremos
de los tres fuegos del deseo

con la mirada libre de artificios
el cuerpo ligero de ansiedad
y el corazón vacío de violencia
ahora me sobran caminos
pues nadie responde al llamado
de reinventar el suyo.

Gracias, Carlos, de nuevo.


19.12.08

Yo ya mandé mi relato (el nº 13)

Estimados amigos:
A quienes os dedicáis a escribir relatos y además tenéis un blog con presencia continuada en Red quiero pediros que regaléis un cuento, de extensión máxima un folio (doble espacio, tamaño 12 y una sola cara).
Con esos relatos publicaremos un libro llamado “Relatos Solidarios desde internet” o algo parecido – se admiten propuestas – con 50/100 cuentos, cuya recaudación por venta será donada íntegramente al apadrinamiento de niños a través de la Fundación Vicente Ferrer.


www.fundacionvicenteferrer.org/esp/


La publicación de los 100 primeros ejemplares está garantizada. Intentaremos hacer una tirada mayor si las empresas a las que voy a dirigirme colaboran un poco con este proyecto. Por tanto, si quieres ayudar, manda tu relato antes del 1 de marzo de 2009 a mi correo electrónico

javierribas@erabradomin.org

indicando además la dirección de tu blog.

Un fuerte abrazo a todos y adelante. Podemos hacer cosas.



EL VICESECRETARIO GENERAL DE ESCRITORES EN RED
Javier Ribas

18.12.08

Lo realidad y la melancolía

Para Castilla del Pino, la melancolía en el Quijote está ligada a la locura del personaje. "Las personas fantasiosas siempre son las más melancólicas. Volver a la realidad, a una realidad en la que ellos no se reconocen, les llena de sentimiento melancólico. Es curioso, pero hoy en día curar un delirio es relativamente fácil. Pero, ¡cuidado!, al curar un delirio es cuando llegan los suicidios", advierte el psiquiatra.




Gracias a Rodrigo

17.12.08

Todo ángel nace de un demonio que asciende

"¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes angélicas?Y aun si de repente algún ángel me apretara contra su corazón,me suprimiría su existencia más fuerte.Pues la belleza no es nada sino el principio de lo terrible,lo que somos apenas capaces de soportar,lo que sólo admiramos porque serenamente desdeña destrozarnos.Todo ángel es terrible."

Rilke


«No soy un borracho, pero tampoco soy un santo. Un hechicero no debería ser un “santo”… Debería poder descender tan bajo como un piojo y elevarse tan alto como un águila… Debes ser Dios y Diablo a la vez.
Ser un buen hechicero significa estar en medio de la tormenta y no guarecerse. Quiere decir experimentar la vida en todas sus fases.
Quiere decir hacer el loco de vez en cuando.
Eso también es sagrado.»

Brujo Sioux de la tribu Lakota.

14.12.08

Una noche de funky christmas


La noche era fría. Pero fría, fría. Y (para los que dicen que cuando llueve no hace frío) además, llovía. Buscando aparcamiento pasamos por la sala. Allí estaban nuestros amigos esperándonos y, como no, no nos vieron. Seguimos unas calles y nada, vuelta atrás a ver si en estos minutos alguien salió de su aparcamiento. De nuevo en la sala, de nuevo mis amigos mirando al infinito (por donde, se suponía que veníamos), saludando como una loca y, de nuevo, no nos vieron. Más adelante parecía que había un sitio libre. Nada. Ahí cabe como mucho la casita de un perro. Y otra vez vuelta atrás, la sala, los amigos en babia, saludando como una loca, ahora una loca escéptica, y nada, ellos sin vernos. Decidimos aparcar en un sitio con nombre, que en todas las ciudades sonaría así como "el quinto coño". Nos bajamos del coche embarrado. Yo parecía un muñeco de nieve de la cantidad de ropa que llevaba. Las suelas mínimas de mis botas traspasaban el hielo del asfalto y por un momento creí que estaban mojadas.
Ya en la sala pagamos religiosamente nuestros cinco euros y en la entrada una chica esperaba con un sólo abrigo (sería el suyo) a que alguien dejase sus bártulos pagando. Ya dentro, todo oscuro, mi abrigo zepelín pesaba cuatro quintales y yo sin saber dónde dejarlo. Ahí me véis con algo plastificado en las manos, más grande que yo y, para pasar desapercibido, rojo. Un hombre con pintas de rockabilly enmohecido salió al escenario y cantó algo así como "si supieras los alquileres que debo te echas a llorar" en una canción en la que el estribillo era "hasta las tantas". Ya con el cachondeo, a cada frase que terminaba, cantábamos ¡haaasta las taaantas¡. En palabras de mi amiga el hombre y sus conjuntos era "totá". El pelo engominado a brochazos, tanto que brillaba el pelo como si se le hubiese caído un huevo (nos llevamos bastante tiempo en averiguar que, realmente, no era huevo). Contaba que tenía 30 años, que no tenía nada y que alguien le dejó. Con un roto en el pantalón que se abrió más de lo necesario cuando se dio la vuelta e hizo un movimiento de caderas. La sala estaba llena como la mitad. Sólo la parte más alejada del escenario. Pero cuando entró "la banda" se movió la muchedumbre, entrando de no se sabe dónde, y unos sillones al lado del escenario quedaron libres. Todos querían estar ahora de pie. Pero yo sólo pensaba en mi pesado zepelín rojo, así que, disparada, tomé por banda los sillones y los llené de mi edredón nórdico portátil, por fin. Me di cuenta que íbamos a ver menos que un gato de yeso pero la sala estaba ya a reventar y no cabíamos en otro sitio que en el que estábamos.
Fue subiendo el grupo. El batería, vestido muy sencillo y pelo corto. Le llamamos el informático por su cara de buen chico estudioso. El bajo era una mezcla de Santi Millán con las pintas de los Oasis. El guitarra tocaba agachado, mirando siempre al suelo con los pelos en la cara. El cantante-saxo, pelos largos desgreñados y traje con corbata (esta vez el armónica no la llevaba, sólo un pañuelo rojo alrededor del cuello, cuidando quizá la salud con estos fríos invernales). Al fondo los de viento. Un saxo que hablaba con alguien a lo lejos diciéndole por gestos que modulasen en algo el sonido. Un argentino alto, y otros dos que casi no veíamos. Al bajo, guitarra y batería casi los podíamos tocar con la mano.
Tocaron funky, funky del bueno. Y un rythm and blues. Miraba alrededor y todo el mundo se movía, estabas obligado a llevar el ritmo de una manera u otra. Salía una energía que era mucho más que la suma de las partes de los distintos componentes. El batería sonreía, vocalizaba algo para llevar el ritmo, el guitarra seguía mirando al suelo y el bajo tocaba de lado a la gente (de frente a nosotros). Y todos llevados como por una ola de viento que les hacía ir acompasados y que nos arrastraba a todos. Nosotros riendo, felices (también es cierto que teníamos demasiado cerca la barra) y repitiendo, "qué buenos, qué buenos". Cuando salieron por primera vez, antes de pedir "otra, otra" me di cuenta de que ya se terminaba. Me pareció increíble, daba la sensación de que hubiesen tocado dos o tres, tan rápido se me pasó el tiempo. Volvieron a tocar unas cuantas, la última apoteósica. En ella saltaron todos a nuestro lado, fuera ya del escenario, y dejaron tocando solos a batería y percusión. Impresionante. Los demás, mientras, enlazados por los hombros y riendo. Algunos incluso se abrazaron. Y se terminó. Quise acercarme a ellos a decirles "habéis estao esageraos", pero siempre estaban rodeados de gente y tampoco quise molestar. Fui al servicio con mis amigas, hablando de lo injusta que es la vida, cómo unos chicos que tocan tan bien no tienen la mitad de la fama de Alejandro Sanz, cuando son infinitamente mejores. Cuando salí, mirándome al espejo, una chica se me acerca y me dice que qué vestido más bonito tengo (¡). Le respondí que si ella supiera dónde me lo compré... A lo que ella me contestó que no, que no era tanto el vestido como la manera de llevarlo, que se notaba dónde había clase, y con clase poco más se necesitaba... Si algo he creído en mi vida es que, precisamente llevar un vestido, no sé. Pero en fín. Me alegré más si cabe. Y cuando ya nos íbamos, en la puerta de la sala, charlamos un rato con el batería. Toca en el otro grupo el bajo y nos parecía algo así como un expediente X poder tocar y bien dos instrumentos. Él dijo que su vocación era la batería pero que los dos grupos eran "sus dos novias". A todo esto mi amiga hacía palmas con las orejas, eso sí, callada y muerta de vergüenza. Volvimos a casa con mucho frío (después de sudar en el concierto) y, como no, con el disco de ellos puesto en el coche.

10.12.08

AVANTI

Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas.
Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...
¡Todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de su muerte!
¡PIU AVANTI!
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
¡MOLTO PIU AVANTI!
Los que vierten sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;
Los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos,... ¡sobrantes!
¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos!
¡nunca sigas impulsos compasivos!
¡ten los garfios del Odio siempre activos
los ojos del juez siempre despiertos!
¡Y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!
¡MOLTO PIU AVANTI ANCORA!
El mundo miserable es un estrado
donde todo es estólido y fingido,
donde cada anfitrión guarda escondido
su verdadero ser, tras el tocado:
No digas tu verdad ni al mas amado,
no demuestres temor ni al mas temido,
no creas que jamas te hayan querido
por mas besos de amor que te hayan dado.
Mira como la nieve se deslíe
sin que apostrofe al sol su labio yerto,
cómo ansia las nubes el desierto
sin que a ninguno su ansiedad confíe...
¡Trema como el infierno, pero rie!
¡Vive la vida plena, pero muerto!
¡MOLTISSIMO PIU AVANTI ANCORA!
Si en vez de las estúpidas panteras
y los férreos estúpidos leones,
encerrasen dos flacos mocetones
en esa frágil cárcel de las fieras,
No habrían de yacer noches enteras
en el blando pajar de sus colchones,
sin esperanzas ya, sin reacciones
lo mismo que dos plácidos horteras;
Cual Napoleones pensativos, graves,
no como el tigre sanguinario y maula,
escrutarían palmo a palmo su aula,
buscando las rendijas, no las llaves...
¡Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula!"
.
ALMAFUERTE (Pedro Bonifacio Palacios)


(Gracias, Rodolfo)

6.12.08

T.S.Eliot

LA CANCIÓN DE AMOR DE J. ALFRED PRUFROCK

Vamos, tú y yo,
a la hora en que la tarde se extiende sobre el cielo
cual un paciente adormecido sobre la mesa por el éter:
vamos a través de ciertas calles semisolitarias,
refugios bulliciosos
de noches de desvelo en hoteluchos para pernoctar
y de mesones con el piso cubierto de aserrín y conchas de ostra,
calles que acechan cual debate tedioso
de intención insidiosa
que desemboca en un interrogante abrumador...
Ay, no preguntes: «¿De qué me hablas?»
Vamos más bien a realizar nuestra visita.

En el salón las señoras están deambulando
y de Miguel Ángel están hablando.

La neblina amarilla que se rasca la espalda sobre las ventanas,
el humo amarillo que frota el hocico sobre las ventanas,
lamió con su lengua las esquinas del ocaso,
se deslizó por la terraza, pegó un salto repentino,
y viendo que era una tarde lánguida de octubre,
dio una vuelta a la casa y se acostó a dormir.

Ya habrá tiempo. Ya lo habrá.
Para el humo amarillo que se arrastra por las calles
rascándose sobre las ventanas.
Ya habrá tiempo. Ya lo habrá.
Para preparar un rostro que afronte los rostros que enfrentamos.
Ya habrá tiempo para matar, para crear,
y tiempo para todas las obras y los días de nuestras manos
que elevan las preguntas y las dejan caer sobre tu plato;
tiempo para ti y tiempo para mí,
tiempo bastante aun para mil indecisiones,
y para mil visiones y otras tantas revisiones,
antes de la hora de compartir el pan tostado y el té.

En el salón las señoras están deambulando
y de Miguel Ángel están hablando.

Ya habrá tiempo. Ya lo habrá.
Para preguntarnos: ¿Me atreveré yo acaso? ¿Me atreveré?
Tiempo para dar la vuelta y bajar por la escalera
con una coronilla calva en medio de mi cabellera.
Ellos dirán: «¡Ay, cómo el pelo se le está cayendo!»
Mi sacoleva, el cuello que apoya firmemente mi barbilla,
mi corbata, opulenta aunque modesta y bien asegurada
por un sencillo prendedor.

Ellos dirán: «¡Ay, cuán flacos tiene los brazos y las piernas!
¿Me aventuro yo acaso a perturbar el universo?
En un minuto hay tiempo suficiente
para decisiones y revisiones que un minuto rectifica.

Pues ya los he conocido, conocido a todos:
conocido las tardes, las mañanas, los ocasos;
he medido mi vida con cucharitas de café,
conozco aquellas voces que fallecen en un salto mortal
bajo la música que llega desde el rincón lejano del salón
Entonces, ¿cómo he de presumir?

Pues he conocido ya los ojos, conocido a todos,
los ojos que nos sellan en una mirada formulada
estando yo ya formulado, en un alfiler esparrancado;
bien clavado retorciéndome sobre la pared.
¿Cómo comenzar entonces
a escupir las colillas de mis costumbres y mis días?
Entonces, ¿cómo he de presumir?
Pues he conocido ya los brazos, conocido a todos,
brazos de pulseras adornados, níveos y desnudos
(mas al fulgor de la lámpara cubiertos de leve vello de oro).

¿Será el perfume de un vestido
lo que me hace divagar así?
Brazos sobre una mesa reclinados o envueltos en los
pliegues de un mantón.

Entonces ¿habré de presumir?
¿Y cómo he de comenzar acaso?

Diré tal vez: he paseado por callejuelas al ocaso
y he visto el humo que sube de las pipas
de hombres solitarios en mangas de camisa, sobre las
ventanas reclinados.

Hubiera preferido ser un par de recias tenazas
que corren en el silencio de oceánicas terrazas.
¡Y la tarde, la incipiente noche, duerme sosegadamente!
Acariciada por unos dedos largos,
dormida, exhausta... o haciéndose la enferma
sobre el suelo extendida, junto a ti, junto a mí.
¿Tendré fuerza bastante después del té y los helados y las tortas,
para forzar la culminación de nuestro instante?
Aunque he gemido y he ayunado, he gemido y he rezado,
aunque he visto mi cabeza (algo ya calva) portada en una
fuente,
yo no soy un profeta -y ello en realidad no importa
demasiado-
he visto mi grandeza titubear en un instante,
he presenciado al Lacayo Eterno, con mi abrigo en sus
manos, reírse con desprecio,
y al fin de cuentas, sentí miedo.

Hubiera valido la pena, al fin de cuentas,
después de las tazas, la mermelada, el té,
entre las porcelanas, en medio de nuestra charla baladí,
hubiera valido la pena
morder con sonrisas la materia,
enrollar en una bola al universo
para arrojarla hacia algún interrogante abrumador.
Poder decir: «Soy Lázaro que regresa de la muerte
para os revelarlo todo, y así lo voy a hacer»...
Y si al poner en una almohada la cabeza, una dijera:
«No. No fue esto lo que quise decir.
No lo fue. De ninguna manera».

Hubiera valido la pena, al fin de cuentas,
sí hubiera valido la pena,
después de los ocasos, las zaguanes, las callejuelas
salpicadas,
después de las novelas, de las tazas de té y de las faldas
por los pisos arrastradas.
¿Después de todo esto y algo más?
Me es imposible decir justamente lo que siento.
Mas cual linterna mágica que proyecta diseños de nervios
sobre la pantalla,
hubiera valido la pena, si al colocar un almohadón o
arrancar una bufanda,
volviendo la mirada a la ventana, una hubiese confesado:
«No. No fue esto lo que quise decir.
No lo fue. De ninguna manera».

No. No soy el príncipe Hamlet. Ni he debido serlo;
más bien uno de sus cortesanos acudientes, alguien capaz
de integrar un cortejo, dar comienzo a un par de escenas,
asesorar al príncipe; en síntesis, fácil instrumento,
deferente, presto siempre a servir,
político, cauto y asaz meticuloso.
A veces, en realidad, casi ridículo.
A veces tonto de capirote.

Me vence la vejez. Me vence la vejez.
Luciré el pantalón con la manga al revés.

¿Me peinaré hacia atrás? ¿Me arriesgo a comer melocotones?
Me pondré pantalones de franela blanca
y me iré a pasear a lo largo de la playa.

He oído allí cómo entre ellas se cantan las sirenas.
Mas no creo que me vayan a cantar a mí.
Las he visto nadando mar adentro sobre las crestas de la marejada,
peinando las cabelleras níveas que va formando el oleaje
cuando de blanco y negro el viento encrespa el océano.

Nos hemos demorado demasiado en las cámaras del mar,
junto a ondinas adornadas con algaseojas y castañas,
hasta que voces humanas nos despiertan, y perecemos ahogados.


Palamari

1.12.08

El club

Vamos a crear un club. El objetivo será bombardear lo que haga posible la tristeza, la rutina. Si estás en el trabajo y un niño te insulta, insúltale tú cómo sólo un adulto sabe, dile a sus padres que no tiene remedio, que es un delincuente, y que se las apañen. Sal de las clases y demúestrales a los padres que no habéis hecho nada (sólo verles las caras te alegrarás). Si tus amigos son aburridos y no les gusta lo que a ti, no te cagues en ellos, que la culpa la tendrás tú. Si hace mucho frío ve a todos lados corriendo y si del sudor llegas apestando al trabajo les dices que a ver si se enteran de que el ejercicio es bueno para la salud. Ducharse, en pleno invierno, no. Si no tienes dinero para viajar, súbete al campanario principal del pueblo y chilla que son todos unos catetos de mierda. Si llueve y no tienes paraguas, búscate una gripe y date de baja del trabajo. Y si no te la dan, recuerda, estar resfriado es como fumarse un porro, no te enteras ni de la mitad de las cosas y todo te resbala. Si no tienes siquiera amigos con los que salir, no los hay mejores que los de los libros. Y si todo esto no puede con la tristeza y con la rutina, es porque tienes conciencia. Ahora decide qué hacer con ella. Matarla contigo en tu suicidio. O callarla.