26.12.10

Presentación Editorial Ultramarina

El próximo martes estaré en la presentación de la editorial de un amigo. Os lo recomiendo a todos:

"El próximo martes 28 comenzamos con las actividades de venta y distribución de nuestros cuatro ejemplares! pero antes presentaremos nuestros cuatro ejemplares y a nuestra editorial; esa noche podrán comprar nuestros cuidados libros de colección, hechos artesanalmente con material reciclado y pintados a mano uno a uno."

Tendremos a la venta nuestros primero cuatro libros!
1. Como nieve en Sevilla o sobre la depresión del 10. Daniel Macías
2. Equilibristas. Rocío Hernández
3. Harmon Avenue. Isaac Páez
4. RCA09 Cuarto Recital Chilango Andaluz. Ivan Vergara & Javier Villaseñor

WWW. EDITORIALULTRAMARINA.COM

Martes 28 de diciembre
PRESENTACIÓN DE LA EDITORIAL ULTRAMARINA
El Perro andaluz (Bustos Tavera 11)

12.12.10

Los perros de la crisis

Hace tiempo, unos científicos con bastante mala leche, introdujeron a unos perros en unas cajas con comida; sólo podían recogerla pulsando un botón. Pero una vez aprendido, a estos científicos tan simpáticos, se les ocurrió rodearles de rejillas electrificadas y aplicarles una descarga eléctrica cada vez que apretaban el pulsador. Los pobres perros, al principio, se ponen nerviosos, van de un lado a otro de la caja, gimen y buscan comida desesperados, según va creciendo el hambre. Hasta que llega un momento en el que se dan cuenta de que todo esfuerzo es inútil y se arrinconan, muertos de miedo, sin hacer nada, esperando su final. Es el fenómeno conocido como “indefensión aprendida”.

La mayoría de nosotros, como los perros, sólo intentamos llegar a nuestro plato de comida. Pero de repente alguien electrifica el camino y nos electrocuta de vez en cuando, para tener cajas más grandes y que no podamos morder. Los bancos nos mienten y nos dan un dinero que no existe, pero con el que se enriquecen. Cuando todo se destapa, tenemos que pagarles de nuestros bolsillos sus mentiras ¿qué significa eso? Que les regalaremos nuestros ahorros mientras endeudan nuestros servicios, con lo que tendremos que acabar pagándolo con nuestro propio plato de comida: plas, calambrazo. Como la cosa “está muy mal”, se ponen todos a despedir como locos. El objetivo es que los que ponen las rejillas electrificadas no lo paguen, claro, que para eso son suyas. Por eso se hacen “reformas laborales” en las que se abarata el despido para hacer más fácil los calambrazos y que los que electrifican nuestras vidas tengan más poder, para más cajas y más obstáculos a nuestro plato de comida. No contentos con eso, como ven que el perro sigue teniendo un platito chico para comer en forma de subsidio pues, calambrazo, a quitarlo. Se oyen voces diciendo cosas como que ya vale de tanta comida para los perros, que eso no se puede sostener. Así que se inventan una campaña de alimentación a los perros que ya están muriendo de hambre en forma de “rescate”. Eso significa que te darán un plato y tú tendrás que pagar tres; con lo que más y más perros caen y se arrinconan. Eso sí, las rejillas, al haber más espacio, son cada vez de mejor calidad y más mortales.

A todo esto, a un grupo de perros, se le ocurre montar una huelga. Los perros pijos, tipo Yorkshire, y éstos con lacitos que van en brazos de mujeres ricas y son siempre franceses, acostumbrados a vivir bien, gritan y se quejan. Pero los podencos españoles, con cara de hambre, agachados y en plena indefensión aprendida, se arrinconan y te ladran si te unes a la huelga, no vaya a ser que los pocos que tienen algo lo pierdan. Así que, cuando les dicen que tendrán que luchar hasta viejitos por su plato de comida, se callan y suspiran.

Hoy, los Profesores Frankenstein de las cajas electrificadas están planeando una mordida general al cuello de los perros españoles en forma de “rescate”. Cuando un 20% ya está arrinconado, sin poder siquiera buscar su plato y, además, el de seguridad se lo quitan, planean con nuevos calambrazos. Su sed de sangre no se calma con nada…

En los experimentos con los perros y las rejillas electrificadas se comprobó una cosa. Había un mínimo porcentaje de perros que no se arrinconaba; gemían, ladraban, gruñían y arañaban con las patas la puerta por donde salía la comida. Hasta que, algunos, agrupados, lograron romper la caja…

5.12.10

Lo que perdí

Colgadas en la pared hay unas cuantas fotos viejas. Una niña de pocos meses está en brazos de su abuela. La anciana la mira como si abarcase en sus manos el mundo entero; un mundo líquido y a punto de romperse. Sus manos se crispan para que el bebé no se caiga, pero su rostro está tranquilo, sereno y feliz. La bebé, distraída, observa todo con ojos achinados y boca en forma de “o”, sorprendida. De su patuco cuelga un lazo más largo que ella. La niña es tan grande como el regazo de su abuela. Un punto blanco en un fondo negro.

Los mismos ojos achinados y la misma boca en forma de “o”, pocos años más tarde, miran sorprendidos al fotógrafo. Siempre seria, la niña busca algo, se pregunta todo. Su mirada lateral, afilada, sobrecoge al mundo, y hace que todos pongan demasiadas esperanzas en alguien que no levanta un pie del suelo.

Décadas más tarde, la adulta que se quedó sin ojos achinados y se esfuerza por disimular su boca en forma de “o”, añora a esa chiquilla que sobrecogía al mundo. En unas manos tan diminutas cabía el futuro entero. Ahora, todo es demasiado grande y hace tiempo que se le escurrió por la alcantarilla. Nada fue como todos esperaban, y conoció palabras que nunca hubiera querido conocer. Las estrellas están más lejos de lo que creía, y la gente es más malvada de lo que hubiera podido imaginar. Una casa, una nube y un perro no se pueden dibujar. El sol no es amarillo y las princesas no son el ejemplo a imitar. Ningún príncipe mata dragones por su amada; sólo la convencería de que no existen. Si sueñas te despiden y si piensas demasiado te deprimes.

26.11.10

Enciclopedia de definiciones. Hoy: gilipollas, banco, hijo de puta y feo.



GILIPOLLAS
:























BANCO:














HIJO DE PUTA:


















FEO (TAMBIÉN PUEDE SERVIR PARA LA ANTERIOR DEFINICIÓN):

25.11.10

24.11.10

Nunca fui la reina del vals

Sólo fuera de nuestro silencio estamos vivos. Y sólo fuera de nuestro silencio nos pueden herir. La cosa más inocente, más estúpida, puede enemistarte con alguien. Una mirada mal interpretada puede hacer que te odien.

Hay días en los que me canso de intentar controlar todo, explicarme y pedir perdón. Hay días en los que sientes que, hasta un estornudo, significa demasiado.

Sólo sé que ahora, en mi silencio y sola, soy una buena persona: lo paso muy mal hiriendo. A veces mi boca estalla antes que yo, pero mi cabeza nunca me lo perdona.

Mi tarjeta de visita es la de una fracasada, que se presenta con una sonrisa, un "lo siento" y varios malos recuerdos.

Que todo afecte tanto no es más que mi debilidad destrozada (varias veces al día).

Soy Silvia: un ser mediocre, con vida y futuro mediocres. No me hieras, que me duele.
Esto no quiere decir que no me dé cuenta que, para muchos, estoy diciendo ni más ni menos que "patéame: me afecta, me duele y, por tanto, ayudaré a cumplir tu objetivo"

15.11.10

Ayudadme a reparar los golpes de la vida

El año pasado entré a trabajar en una empresa de "escritores". Iban mucho de culturetas, pero en realidad era una empresa que hacía por encargo lo que la Junta de Andalucía les pedía con tal de arrancarles dinero. Llamaba un pez gordo por teléfono; dejábamos todo y teníamos que hacer lo que nos pidiese en menos de un cuarto de hora: ya fuese actividades infantiles, un cuento para el día de internet... Todo cuando y cómo nos dijese el Vito Corleone de turno. El jefe de la empresa era un "tío" (me cuesta hasta decirle hombre) tímido, débil y ansioso. En tres meses que estuve allí no nos dijo qué quería ni cómo teníamos que hacerlo: simplemente se rascaba la cabeza y hacía como que pensaba. Hasta un día que vino y me dijo que no iba a trabajar más conmigo, porque lo que había hecho no era lo que "Don Vito" quería. Cuando le pregunté qué había hecho mal me responde "no tengo ganas de discutir". Él tuvo la culpa de no decir nada, y lo pagamos los demás, obvio; ha sido así de toda la vida de Dios (y de quien sea).
Total, que en esa empresa trabajé presentando, en una especie de exposición, unos e-books de muestra. Tuve que buscar por internet las características de cada uno y cómo funcionaban porque, como habréis adivinado, el "tío" taimado este, no nos dijo absolutamente nada (seguro que él tampoco lo sabía, pero un jefe "progre" tiene que saberlo, así que, mejor, calladito).
De tanto averiguar y saber sobre e-books llegué a averiguar que el mejor (o de los mejores) era el "papyre". Y hace unos días me enteré de la existencia de un concurso literario en el que al ganador le regalan un e-book papyre. Lo sentí como una revancha o, mejor, una reparación. Como si, después de todo, trabajar en ese infierno de jefe taimado, inútil y enfermo, hubiera sido para algo: mi e-book.
A ver si es verdad, aunque creo que, como todo en la vida, los sueños están lejos de la realidad; el ganador hasta ahora del concurso, en cuanto baja puestos, no sé cómo hace, a los minutos todos los demás bajamos más que él y se vuelve a poner el primero (las notas más altas son 4 y 5). Hoy día ganan los concursos los que saben de informática, no de literatura.
En fín, que si hay alguien con corazón, que haya entendido mi rabia y quiera ayudarme, podéis votar en las direcciones de los relatos que adjunto abajo, que son los dos que he puesto a concurso. No sólo es por un e-book, es por reparar de alguna forma el golpe que me dio la vida. Aunque me equivoque, yo lo siento así. No sabéis cuánto.
Gracias por adelantado.

El jardín de senderos que convergen

Toco el espejo e imagino una línea invisible entre mis dedos y mis ojos. Pego la nariz. Respiro hondo. Y escribo algo que no sé en la humedad que he dibujado.

En unas letras desconocidas, entre niebla y humedad, se refleja mi mujer viniendo hacia mí. Está preocupada al verme tan quieto y pegado al espejo.

Dentro de los ojos de mi mujer hay manchas marrones y verdes, como de bosque; y en el centro un túnel brillante y negro como las esperanzas antes de la muerte.

Aparece mi rostro de bobo haciendo que escucho a mi mujer, preocupada por verme tan quieto y pegado al espejo. Mis ojos blancos, sin vida, sin túnel brillante y negro, no ven nada porque hace tiempo que mataron a los dioses. Ergo existo.


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