Nunca coincidirá la cuadratura del mundo,
no esperes.
Nunca serán dañados los que dañan.
Cansada de la misma canción árida y cruel de siempre
me levanto dolida y hasta los sueños me abandonan.
Sin sombra ya ni respiro,
de puños afilados el aire me golpea
incansablemente.
Y en teoría nada me falta,
supuestamente nada me sobra.
Pero todo me aparta al rincón más olvidado.
Un misterio habrá en mis ojos
para no ver qué falla,
por qué sobro de todo y en todos.
Tonta por no enseñar los dientes,
por no morder soy menos,
cansina y ridícula.
Sólo un peluche seco y temeroso
que se escabulle de las patadas del viento.
Y no es cuestión de virtud el no hacer daño, no.
Es de tontos no saber hacer otra cosa.
Y la tres veces tonta sigue tonta
por no aprender a hacer zancadillas.
Y no, no me digáis que todo esto es bueno.
Sólo yo sé hasta qué punto
me hallo desnuda frente a todo.