Sé que mis amigos no leen esto. A algunos no les gusta leer y a los demás, simplemente, no les gusta leerME. Así que les puedo poner verde a gusto. Mi venganza por no pasaros por aqui, chicos. Y a todo el que no lo vea yo entrar, que se prepare, que le dedicaré una bonita elegía...
Ayer estuve todo el día con Rosa. No cambia, en nada. Sigue esperando a que llegue sin avisar su Antonio, a las 10 de la mañana como a las 5, da igual, ella siempre le espera. Él tiene novia, pero cuando le hace falta algo que ésta no le da, va a casa de mi amiga y, sin palabras, lo coje.
La acompañé a un recado. Era para comprar preservativos. "Es un bestia, viene y me tira directamente a la cama, y si no los compro yo, tengo que tomarme al día siguiente la píldora del día después, y es una lata, te entran retortijones y sofocos".
Los eligió de sabor tropical, y color rosa, "pleasure-max". Ni corta ni perezosa, en medio de la calle, abarrotada, se puso a explicarme los detalles y pormenores de su utilización. Los sacó, me los mostró y, emocionada intentaba convencerme de que la próxima comprase esos y no otros.
Me contó que ha conocido a una chica que se ha enamorado de ella. Dice que es muy ordinaria. Un día iba con unos pantalones estrechos y la chilló: "Hoy viene Rosa con el chocho aplastao". Pero aún así le cae muy bien, es muy generosa y solícita. "Ya que no me hace caso ningún chico...No veas cómo me hace falta que me den cariño...".
También vinieron Juan y Andrés. Son pareja desde hace unos años, pero siempre han tenido sus menos y sus más. Se jactan de que aceptan todo, son bisexuales. Juan es uno de mis mejores amigos, y ya ha intentado algo conmigo. Si fuese atractivo me habría hecho dudar, la carne es débil, pero con él, la verdad, no tengo más remedio que tenerlo muy claro. Así que, cada vez que me ha achuchado o insinuado algo he puesto distancia de por medio. Luego nos hemos reído y aquí no ha pasado nada.
Pero es Andrés, su novio, el que no soporto. Hablando de que soy una chica sugerente, de ojos muy profundos y cara aniñada...bla, bla. Que eso gusta a todos. Que si no me había planteado el poder hacer un trío o ser lesbiana. Le contesté que una mujer me atrae exactamente igual que un hombre que no me atrae nada. No es problema de saber o no mi orientación sexual, no me interesa, igual que pueden gustarme rubios, morenos o castaños. El problema es que, simplemente, una mujer me atrae tanto como un grillo boca abajo.
Siguió Andrés con su táctica de "gay seductor de mujeres heterosexuales para sentirse más hombre". Yo te llevo a donde quieras, pareces un cuadro de Julio Romero de Torres, ¿qué es de tu anterior novio?, si no ha luchado por tí él se lo pierde... Ya me lo dijo Juan hace tiempo, que para un hombre que le gustan otros hombres lo más definitivo para saber si son atractivos o no es gustar a las mujeres.
Intentando esconderme de las contínuas fotos que me hacía Andrés, y escuchando por decimocuarta vez las propiedades de los preservativos "pleasure-max", me dí cuenta de que donde estoy más a gusto es con personas extrañas, fuera de la norma. Otro amigo mío está en la cárcel, por sus problemas con el alcohol. Y Santi tiene cerca de 50 años, y un matrimonio de pasión pura que unas veces le hace gritar de felicidad, y otras quiere divorciarse y huir de los nudos de esta relación tan turbulenta. Con cierto desequilibrio emocional, depresiones, crisis de ansiedad e intentos de suicidio, su vida sigue adelante. María está enamorada de un antiguo romance que tuvo que dejar por la distancia, y de vez en cuando, engaña a su novio actual con el anterior que, por cierto, es actor de publicidad, a veces lo veo en la tele. Hablando de actores, el ganador del Goya de este año es amigo de la infancia de Raquel, una de mis mejores amigas, con el que hemos salido alguna noche por la ciudad. Y Roberto, que ha estado en cuatro guerras, Irak, Afganistán, Bosnia y Somalia. No para de hablar, de su amigo el rey, de cómo hay que disparar y camuflarse. Dice que matando a una persona no sientes en el momento nada especial, en todo caso alegría, por haberte salvado tú. Pero hay noches en las que, sin saber porqué, tienes pesadillas y no puedes dormir. Cuando has tenido cerca la muerte, la ONU y terroristas, el día a día te parece algo de risa.
En conclusión, mis amigos, los actuales y los pasados, son gente especial, rara. Quizá por ello más auténticos que el resto. Una de dos. O me gusta la gente extraña, o todos somos algo extraños y... a mi que me gusta.